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Sophia Lösche.
Cadena perpetua para el camionero que se deshizo del cadáver de una autoestopista en Vitoria

Cadena perpetua para el camionero que se deshizo del cadáver de una autoestopista en Vitoria

Según la sentencia, durante la discusión en la cabina del vehículo el acusado golpeó al menos cuatro veces en la cabeza a Sophia con una llave para cambiar las ruedas

Juan Carlos Barrena

Berlín (Alemania)

Miércoles, 18 de septiembre 2019, 13:20

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La Audiencia de Bayreuth, al norte de Baviera, dictó este miércoles la máxima pena posible contra el asesino de la joven autoesopista alemana Sophia Lösche, cuyo cadáver apareció en junio del año pasado cerca de una gasolinera en Álava. Cadena perpetua para el camionero marroquí Boujemaa L., de 42 años, por asesinato y graves lesiones físicas fue la sentencia anunciada por el juez Bernhard Heim tras dos meses de proceso. «Por aquello que ha hecho no tendrá que pagar con su propia vida, algo que ha ofrecido reiteradamente durante el juicio. Pero tiene que pagar por esa culpa y la pena le ha sido dictada hoy», subrayó el presidente del tribunal, que asumió la petición de la fiscalía al comunicar su veredicto. La defensa había solicitado una pena menor al considerar el crimen un homicidio involuntario.

En junio de 2018, Sophia Lösche quiso viajar haciendo autoestop desde la localidad alemana de Leipzig a la de Nuremberg, a donde nunca llegó. Al parecer, fue recogida por Boujemaa L., quien la mató posteriormente todavía en territorio alemán y viajó con su cadaver a bordo a través de Francia, para deshacerse del mismo en Álava. La Guardia Civil le detuvo en Jaén, cuando huía con intención de refugiarse en Marruecos. El tribunal de la localidad wagneriana consideró probado que el camionero mató a la joven tras ser rechazado en un intento de acercamiento sexual. Según la sentencia, durante la discusión en la cabina del vehículo el acusado golpeó al menos cuatro veces en la cabeza a Sophia con una llave para cambiar las ruedas y salió seguidamente del camión para tratar de tranquilizarse.

Pero en vez de llamar a una ambulancia y pedir ayuda, regresó a la cabina para matar a la joven de 28 años. «Cuando vio que Sophia Lösche levantaba ligeramente la cabeza y estiró el brazo hacia él, tomo de nuevo la llave y la golpeó de nuevo una o varias veces con fuerza», provocando su muerte, señaló Heim. «Sophia Lösche era una persona de la que no existen prácticamente fotos en las que no esté sonriendo con expresión de alegría en extremo contraste con las duras imágenes tomadas al hallazgo del cadáver», dijo el juez. «La muerte de Sophia a plazos» es un agravante del crimen, había subrayado durante el proceso el abogado de la familia.

Los padres de Sophia criticaron reiteradamente la labor de la policía alemana por considerar el caso durante demasiado tiempo una desaparición cuando todo apuntaba a un delito de violencia. Tampoco la comunicación entre las policías de Sajonia y Baviera funcionó correctamente, argumentó el padre de la víctima, Andreas Lösche.

La muerte de la joven causó una gran polémica y revuelo en Alemania, donde fue instrumentalizada por la ultraderecha. Participantes en una manifestación de la populista Alternativa para Alemania (AfD) en la localidad germano oriental de Chemnitz portaron una imagen de gran tamaño de la joven para protestar contra la supuesta violencia de los refugiados e inmigrantes en este país. La familia Lösche rechazó toda proximidad de la víctima hacia los movimientos ultranacionalistas y recordó insistentemente que la joven era una activista a favor de los refugiados y que incluso estuvo en la isla griega de Lesbos trabajando como voluntaria en la acogida de peticionarios de asilo procedentes de Siria. En el proceso no se abordó la violencia de los refugiados, sino la violencia de género, destacó el padre de Sophia.

Cronología del caso

Según la reconstrucción de los hechos, la joven estudiante fue recogida en una gasolinera de la autopista al sur de Leipzig poco antes de las seis de la tarde del 14 de junio. Una cámara de vigilancia graba la imagen de la cabina con ambos a bordo.

Dos horas después Sophia envía su último mensaje a una amiga: «Voy en autoestop con Bob, un camionero marroquí, de Leipzig a Amberg. Me ha regalado una pipa marroquí». Minutos después Boujemaa invita a la joven a un café en un 'restop' de la autopista A9.

A las 19:52 horas otra cámara de vigilancia capta la imagen de Sophia y el camionero en la cabina. Según un investigador, «parecía reinar un ambiente distendido». «Es la última imagen que captamos con Sophia viva a bordo».

A las 21:03 el sistema GPS del camión registra una parada en el área de descanso de Sperbes Ost al sur de Bayreuth que dura hasta las 23:58 horas. No existen cámaras y se da por seguro que es el lugar donde Boujemaa discute con la joven y la asesina. Su padre llamaa por teléfono a las 22:45 pero no recibe respuesta.

A las 00:12 horas del 15 de junio el camionero adquiere en una gasolinera de Lauf dos latas de cerveza Becks y un paquete de cigarrillos Marlboro. A las 7:45 el padre de Sophia da la alarma en la comisaría de Regensburg, donde le consuelan. Repite la llamada a las 10:45 y le piden que se dirija a la comisaría de Amberg, donde hace una primera declaración.

A las 10:55 Boujemann L. ha cargado 17 palés con piezas eléctricas y para en varias áreas de descanso, al parecer sin sentido. En Lechhausen carga alfombras antideslizantes y en Langweid am Lech diez barriles. El cuerpo sin vida de Sophia se encuentra todo ese tiempo en la litera de la cabina del camión.

A las 21:04 horas el vehículo del camionero marroquí cruza la frontera francesa.

El 16 de junio la policía criminal de Leipzig recoge las imágenes de vídeo captadas por la gasolinera donde fue recogida Sophia.

El 17 de junio Boujemaa L. hace la parada obligatoria por ser domingo en el área de descanso de Aire Claude Bonnier, al norte de Burdeos. A las 23:00 compra en la gasolinera de Barbezieux 6,19 euros de gasolina, al parecer para limpiar flitros del motor de su camión.

El 18 de junio y tras cruzar la frontera española el camionero marroquí para entre las 5:13 y las 6:30 horas junto a la gasolinera alavesa de Cepsa en Ilarduia, donde tira el cuerpo de Sophia entre unos arbustos y lo incendia con la gasolina. Antes trata al parecer de limpiar su cuerpo de los restos de sangre.

A las 14:36 horas una amiga de Sophia contacta con la empresa de transportes marroquí para la que trabaja Boujemaa L. y consigue el número de su teléfono móvil. Habla seguidamente con él y le confirma que había transportado a la joven, pero que esta abandonó el camión a la altura de la localidad de Lauf, en Alemania. «L. se mostró dispuesto a ayudar y cooperativo ante la testigo», declaró un policía en el juicio. Incluso envió una foto propia al equipo de la policía que buscaba a la joven.

El 19 de junio a las 4:20 horas en la salida 275 de la autovía de Andalucía a la altura de la localidad de Carboneros en Jaen arde el camión de Boujemaa L. La policía local piensa al principio que se trata de un defecto mecánico, pero tras ser alertada, a las 13:45 procede a su detención. Tras ser presentado ante un juez en Madrid, niega haber matado a la joven estudiante.

El 21 de junio a las 14:15 horas dos empleadas de la gasolinera de Ilarduia descubren el cadaver de Sophia tras ser alarmadas por la policía que reclama las imágenes de sus cámaras de seguridad.

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