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Detenido un hombre por secuestrar a su expareja en León y echarle pegamento en la vagina

El presunto agresor, que había salido de prisión este viernes, ha sido interceptado por la policía y está siendo interrogado tras una denuncia presentada por su expareja

e. jimenez

Martes, 18 de octubre 2016, 18:16

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La Guardia Civil de Bembibre investiga la denuncia presentada en la madrugada de este martes por una mujer de 36 años, residente en la localidad de Fabero, en la comarca leonesa del Bierzo, contra su expareja por un presunto delito de violencia de género al secuestrarla, junto con otro individuo, y arrojarle líquido abrasivo en la vagina.

El presunto agresor ha sido detenido a primera hora de esta tarde, según confirmó la Subdelegación del Gobierno en León, y está siendo interrogado. Se da la circunstancia de que el hombre había salido este viernes de prisión tras quebrantar la orden de alejamiento.

Los hechos tuvieron lugar en la noche del lunes, sobre las 23:00 horas, cuando la mujer salía a pasear a su perro como todas las noches. «Le llamó la atención que las luces del edificio estuvieran apagadas pero al salir se agachó para atarse los cordones de los playeros y en ese momento la agarran por el cuello, la empuja contra la pared y le dice que como chille mata a su hijo que está dentro de casa», relata la abogada de la denunciante, Emilia Esteban.

Fue en ese momento cuando los dos individuos la metieron en un vehículo y la llevaron desde Fabero a Bembibre, de donde es natural el presunto agresor. Allí, en un trastero maniatada y con una media cubriéndole los ojos, la sometieron a numerosos abusos y vejaciones, incluso le llegaron a rociar pegamento en la vagina. Después de eso, según Esteban, la volvieron a introducir en el coche «con la intención de llevarla a las vías del tren para dejarla ahí y que un tren la atropellara pero no sé porque motivo se echaron para atrás y la dejaron desnuda y maniatada en una zona oscura y sombría del barrio de la Estación, cerca de una casa abandonada».

La mujer fue timbrando en los edificios de la zona para pedir auxilio hasta que llegó a una farmacia, donde le prestaron los primeros auxilios. Después fue trasladada al centro de salud y una vez realizadas las curas, se dirigió al cuartel de la Guardia Civil para denunciar los hechos.

Ahora, las investigaciones de la Benemérita se centran en la búsqueda de pruebas tanto en el lugar donde apareció la mujer como en el domicilio del agresor.

Quebrantamiento de la orden de protección

Según explicó la letrada, hace un año que la víctima sufrió una agresión por parte de su expareja en plena vía pública, de la que hubo un testigo que fue el que denunció los hechos, y le pusieron una orden de protección. Orden que quebrantó en varias ocasiones. El pasado viernes por la tarde salió en libertad «y ya comenzó desde ese mismo día a usurparle las cuentas de correo, las redes sociales, le hackeó el teléfono. Pero fue el sábado cuando el asunto se agravó porque comenzó a escribirle amenazas a ella, a su hijo que es menor de edad y a todo su entorno y decidimos que había que volver a denunciar», aseguró Emilia Esteban.

El sábado fue detenido y el lunes pasó a disposición judicial y tanto el Ministerio Fiscal como la abogada de la víctima pidieron su reingreso en prisión «porque los hechos eran suficientemente graves ya que no solo corría peligro su vida, sino también la de su hijo, pero el juez decidió dejarlo en libertad alegando que con la pulsera electrónica ella estaba protegida», añadió la letrada.

«Es algo que tanto el Ministerio Fiscal como yo ya lo preveíamos, lo que pasa es que él negaba que hubiera sido él el que hubiera usurpado sus cuentas. Ella hace lo que nos piden, nos piden denunciar y luego no te protegen, no es muy buen ejemplo para la justicia que tenemos», argumentó Esteban.

En este sentido, la víctima de la agresión, que se encuentra descansando en su domicilio tras sufrir una crisis de ansiedad, tampoco ha podido declarar aún ante el juez. Esteban explicó que unidades criminalísticas de la Guardia Civil están buscando pruebas en el lugar donde apareció la mujer así como en el domicilio del agresor.

Según el relato de la abogada, la víctima «iba a salir de su casa a las 11 horas de la noche a dar una vuelta con su perro, como hace cada noche, y mientras se estaba calzando, la cogieron entre dos personas y la metieron en un coche». «Ella reconoció a su expareja pero no pudo dar más datos sobre el otro agresor», relató Esteban.

Según el mismo relato, el agresor mantuvo a la víctima maniatada y desnuda, con una media para taparle los ojos, mientras la sometía a abusos y vejaciones que le provocaron un «miedo indescriptible». «Su intención era llevarla a las vías del tren pero al final la dejó abandonada cerca de una casa», explicó Esteban, que confirmó que su clienta presentó la denuncia sobre las 4 horas de la madrugada después de recibir los primeros auxilios.

Reingreso en prisión

La abogada de la víctima recordó que el presunto agresor ha estado implicado en múltiples detenciones y entradas en prisión por denuncias relacionadas con la violencia de género. «Esto comenzó hace un año y en este tiempo él ha entrado y salido de prisión varias veces», relató Esteban, que insistió en que en la jornada de ayer se juzgó el último quebrantamiento de la orden de alejamiento que consta contra él. «El viernes salió de prisión y durante el fin de semana estuvo acosando a mi clienta y a su entorno», explicó la letrada.

Como consecuencia de estos hechos, tanto el Ministerio Fiscal como la letrada de la víctima solicitaron en el día de ayer que el acusado volviera a ingresar en prisión, pero «el juez consideró que con la pulsera electrónica era suficiente», lamentó Esteban. «Estos hechos han ocurrido a consecuencia de que el juez haya decidido volver a dejarlo en libertad»,criticó la letrada, que reconoció sentir «impotencia y frustración» por el caso.

En ese sentido, la abogada reprochó a los juzgados de violencia de género que «no están protegiendo a mi clienta y eso no se puede consentir». «Existe un riesgo vital evidente, en cuanto sale de prisión, al cabo de dos días le hace la vida imposible, le ha enviado cartas en las que la amenaza a ella y a su hijo, que es menor de edad y se ha colado en su domicilio», relató la letrada, resumió Esteban, que lamentó que «cuando ella denuncia, que es lo que tiene que hacer, se encuentra con el muro de un juez».

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