«Es un libro para gente que no pasa por la vida como gallina sin cabeza»
El sumiller presenta esta tarde su libro, El Oráculo de los sentidos en tu bandeja de entrada, sobre cómo interpretar las sensaciones para intentar entender por qué suceden las cosas
Sumiller, empresario y escritor. Aunque ahora jubilado, Alfredo Selas es un profundo conocedor del mundo del vino y hoy presenta (18 horas)en el Centro de la Cultura del Rioja –en una conversación con el presidente de la Asociación Cultural de Sumilleres, Chefe Paniego, y con el cardiólogo Alejandro Gutiérrez su libro 'El oráculo de tus sentidos en tu bandeja de entrada'–, una reflexión sobre los sentidos, sensibilidad y, sobre todo, la interpretación que nuestro cerebro hace de los estímulos.
– ¿Qué hace usted presentando un libro que no es de vinos?
– No es un libro de vinos, pero sí está muy conectado con el tema de los sentidos que utilizamos los sumilleres, los catadores o los aficionados al vino. La intención del libro fue responder a preguntas que me he ido haciendo durante muchos años sobre el análisis sensorial de los vinos. Trato de responder a preguntas que me he hecho a lo largo de mi vida profesional. No tenemos cinco sentidos como nos enseñaron, sino que no se puede entender la vida sin los sentidos interoceptivos para conocer por qué suceden las cosas.
El libro
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Titulo El oráculo de tus sentidos en tu bandeja de entrada
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Editorial Autobupublicado por Alfredo Selas. Se puede comprar en Santos Ochoa y Librería el Garabato (Haro)
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Precio 18,5 euros
– Hay intimidad, conocimiento e incluso ciencia. Soy amante del vino. ¿Por qué compro su libro?
– Básicamente intento ofrecer unas claves para entender procesos biológicos y neuronales que acaban derivando en la toma de decisiones. Tomar conciencia de lo que sucede en nuestro cerebro ayuda a tomar decisiones y a saber quién eres, a entender por qué hiciste algo o por qué tuviste sensaciones positivas, o negativas. No soy psicólogo ni científico ni pretendo serlo, pero sí he trabajado con los sentidos en mi profesión de sumiller e intento transmitir que los sentidos interoceptivos, de los que muchas veces ni tenemos conciencia, son extraordinariamente importantes.
– No soy amante del vino, ¿por qué compro su libro?
– Por el mismo motivo. Está pensado para aquellas personas que tengan ganas de conocer por qué se producen este tipo de procesos neuronales. Es decir, para gente que no pasa por la vida como gallina sin cabeza y se pregunta por qué suceden las cosas. El público objetivo son sumilleres, por supuesto, que como yo trabajan con los sentidos y sensaciones, y quizás también público femenino que es más sensible en general a las emociones, pero es un libro para todos los públicos.
– Sostiene el profesor Antonio Palacios, a quien cita, que todos tenemos un catador dentro...
– Por supuesto. Hay personas que no tienen conciencia de que la clave de la vida es la interpretación de los sentidos, pero todo el mundo los interpretamos. En mi profesión interpreto para escribir una ficha de cata, pero son las mismas claves que nuestro cerebro interpreta a través de los neurotransmisores para sentir placer o sentir dolor. Conocer por qué suceden estas cosas creo que es importante.
– Me parece que en esta sociedad actual no nos paramos mucho a pensar en estas cosas
– Así es. Con la IA, a la que a mí no me gusta llamar inteligencia porque no dejan de ser algoritmos, estamos una auténtica revolución evolutiva. Estamos perdiendo el sentido del olfato que, junto con la vista, han sido los grandes referentes para los mamíferos a lo largo de toda nuestra existencia. El salto evolutivo que vivimos en la actualidad es extraordinario.
– Es usted manchego, pero riojano de adopción. ¿Le duele ver cómo está Rioja, el sector del vino, en estos momentos?
– Mi profesión ha sido la de sumiller y lo que yo he valorado siempre es el producto final. Es evidente que sobra vino en Rioja, pero ya hace 20 años teníamos claro que el gusto evolucionaba hacia producir menos vino pero más genuino. Lo que veo ahora son vinos más genuinos y auténticos, junto con crianzas a cuatro euros y eso, como consumidor, no es negativo.