Un año de sobresaltos y acaba de empezar
Sobresalto: sensación que proviene de un acontecimiento repentino e imprevisto. Es lo que dice la RAE. Este comienzo de 2025 es un permanente sobresalto para ... Rioja y el año no ha hecho sino comenzar. Aranceles, arranques, vendimia en verde, precios, tormentas... De sobresalto en sobresalto, aunque en el mundo del viñedo y del vino siempre hay antídotos a los que recurrir, en este caso, la paciencia... aunque sea en ocasiones incompatible con la economía.
Donald Trump ha agitado el año con su aranceles y las pretensiones derivadas de la idea MAGA. En suma, subida de precios para todo lo que no es Estados Unidos. Muchos millones en juego. El sector se agitó y sigue agitado. En ese escenario surgió una voz discrepante. «Hay que esperar». Las palabras las pronunció Jade Gross, uno de los últimos talentos en sumarse a Rioja y conocedora de Estados Unidos y del pensamiento de sus gentes más allá de Trump y corte. Y efectivamente, hay que esperar. Llevaba razón. De momento, apostó por estrangular a China con sus aranceles desorbitados y ha optado por aflojar el nudo. Hay que esperar.
La idea de Trump tuvo su continuidad con la vendimia en verde. Menos dinero de Madrid, silencio en Logroño, muchas más hectáreas solicitadas y un ritmo administrativo diferente al del día a día en el viñedo. Otro sobresalto. Cumplir con todas las exigencias y rezar. Y en esas, en el Palacete abrieron la boca y tiraron de chequera. Más dinero, si bien el plazo para solicitar la vendimia en verde ya se había cerrado. Un pequeño truco. Ahora bien, siempre con el mismo discurso de fondo: es necesario arrancar viña. ¿Quién la arranca? Siempre el vecino. El arranque nunca es en primera persona. Y se está ya arrancando viñedo en vaso y viejo (el menos rentable), pero eso no significa que a medio plazo haya menos masa vegetal, simplemente cambia de manos y se concentra.
Superada la idea de Trump (al que la propia idea y los poderes económicos le han superado) y acabado el trabajo de despacho regresamos al viñedo. La bienvenida, coincidiendo con los primeros tratamientos y trabajos remunerados, la dan las tormentas, el mildiu y el granizo. En el fondo estamos hablando de más gasto. Y este año, tal y como lo vemos ahora, se presume de mayor inversión en el campo porque serán necesarios más tratamientos y más gente para hacer las labores a tiempo si la lluvia mantiene el ritmo actual. Otro sobresalto, no comparable sin embargo con las imágenes que veíamos este martes en Diario LA RIOJA de viñedos arrasados por el granizo en la comarca de Tudelilla y de El Villar de Arnedo. Tremendo. Acabar sin empezar el curso. Para llorar.
Y en esas estamos cuando apenas hace unas semanas que ha brotado la viña. Por delante quedan meses de conceptos tales como ventas, seguramente a la baja o lastradas por Trump; de precios, de financiación de la campaña, porque son muchos los agricultores que aún no han cobrado la anterior cosecha; de cruce de declaraciones y, por lo que parece, de mirar al cielo para ver si aguanta o se desploma y a la televisión para seguir escuchando una serie de tonterías que quien las pronuncia rara vez sabe de lo que habla y simplemente lee lo que su regimiento de asesores de despacho le han escrito.
Así que díganme, ¿se puede trabajar en estas condiciones?
PD. Si el sector agrario es el tercero en La Rioja donde más opciones tenemos de firmar un contrato fijo, estamos listos. La virtud de leer números. O el defecto. Lo dicho, paciencia.
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