Tradición y vanguardia bajo el sello de Carlos Moro

En el corazón de San Vicente de la Sonsierra, entre las montañas de la sierra de Cantabria y el caudaloso río Ebro, late el alma del nuevo reto personal del prestigioso enólogo Carlos Moro: la Bodega CM de Matarromera. Esta joya enológica es una de las últimas apuestas de uno de los nombres más respetados del sector vinícola por su incansable dedicación al viñedo, la calidad y la sostenibilidad. Baluartes que también son palpables en su proyecto de la DOCa Rioja.

La idílica relación de amor de Carlos Moro y el vino no comienza en los laboratorios, tampoco lo hace en los despachos, sino que empieza en la misma tierra. Heredero de una tradición vinícola que se remonta al siglo XII en la Ribera del Duero, este ingeniero agrónomo ha sabido trasladar ese saber ancestral a algunas de las Denominaciones de Origen más prestigiosas de España. Desde Matarromera, Rento y Emina en la Ribera del Duero, hasta Cyan en Toro; pasando por Valdelosfrailes en Cigales o Casar de Vide en Ribeiro.

La DOCa Rioja, por historia y prestigio, no podía quedar fuera de su mapa enológico y después de varios años analizando el terroirs y la ubicación perfecta, San Vicente de la Sonsierra fue el lugar perfecto para fundar su nuevo emblema: CM de Matarromera.

La bodega se levanta en un paisaje idílico y sus viñedos se desarrollan bajo unas condiciones climáticas que permiten que los vinos destaquen por su carácter y calidad. Además, uno de los mayores tesoros que posee la bodega es un calado subterráneo con capacidad para 2.000 barricas.

De ella salieron los dos vinos que los golfistas y asistentes al estreno del primer torneo de Rioja & Vino. Los elegidos fueron algunos de sus buques insignia entre los que se encontraban el CM Matarromera y el CM Prestigio, ambos al amparo del sello de Carlos Moro. Además de por la calidad de sus vinos, la Bodega CM de Matarromera destaca por su apuesta por la sostenibilidad consiguiendo la certificación de tres normas de gestión ambiental.