Bodegas Florentino Martínez, vinos que cuentan historias
Los vinos que firma esta bodega de Cordovín persiguen dos objetivos: la mayor calidad posible y que cada uno de ellos cuente una historia del entorno y la tierra que los ha visto nacer
Las nueve referencias que Bodegas Florentino Martínez embotella en Cordovín, son vinos que cuentan una historia, que muchas veces es la de La Rioja. Son ... vinos que hablan.
Florentino Martínez se encuentra en una zona privilegiada para el Rioja, y también para La Rioja. En el centro de un triángulo cuyos vértices se situarían en el Monasterio de San Millán (cuna de la lengua castellana), la Abadía de Cañas (un exponente gótico de primer orden) y el Monasterio de Santa María La Real (el segundo mayor panteón real español, después de El Escorial), se sitúan unas tierras que han alumbrado uno de los vinos más característicos de la región: el clarete que es símbolo de todo el valle y de una forma de hacer vino.
Bodegas Florentino Martínez
-
Visita y compra
-
Incluye: Visita a la tienda y posiblidad de probar y comprar cualquiera de las referencias vinícolas de la Bodega Florentino Martínez.
-
Visita general
-
Incluye: Visita a la bodega y degustación de tres vinos de Florentino Martínez.
-
Horario: Sábado a las 12.00 horas, o bajo reserva digiéndose al teléfono 941 41 86 14.
-
Precio: 10 euros.
-
Visita bodega y viñedos
-
Incluye: Visita guiada a los viñedos de la firma, explicación de variedades y labores del campo; visita guiada a la bodega y degustación de tres vinos de Florentino Martínez.
-
Horario: Bajo reserva digiéndose al teléfono 941 41 86 14.
-
Precio: 20 euros.
Sobre esa base: arte, cultura y clarete (y también algunos blancos), Florentino Martínez se comenzó a levantar en 1992, aunque ya desde seis años antes, elaboraba vinos en las pequeñas y tradicionales bodegas domésticas. En el año 1992, comienza la construcción de la actual instalación, que abre ya sus puertas alcanzando el pleno rendimiento en 1996. Desde entonces, la firma se ha caracterizado por sustentar su modelo de negocio en la venta directa («contamos con más de 10.000 clientes», afirman con orgullo), que realiza desde una tienda que es, en su decoración y diseño, toda una declaración de intencionales.
Los clientes son recibidos en un espacio decorado con arcos ojivales al estilo de los claustros góticos y con un audiovisual que explica lo que van a ver en una bodega que recoge cada año 600.000 kilos de uva (aunque llegó a elaborar un millón de kilos) y que embotella algo más de medio millón de botellas.
Muchos de esos clientes que visitan la bodega de forma repetitiva, lo son después de haber pasado por la instalación de Cordovín (que ha ido añadiendo fases y mejoras, desde el año 1996) y conocido, de boca de sus propietarios, las historias que se encuentran detrás de cada referencia.
También ha contribuido a hacer grande la bodega, el artista vizcaíno Alberto Palomera, autor del Calado –o Calao– Florentino. Un espacio que sorprende al visitante por reflejar en sus paredes tanto las labores del vino (en los muros de la izquierda) con los hitos del Camino de Santiago más próximos a Cordovín.
Comienza con el simbolismo de la letra 'alpha' y el paraíso, y concluye con una 'omega' abierta que invita a pensar más allá del final.
El Calao Florentino, admite una lectura mucho más profunda de lo que se puede intuir a simple vista. Palomera plasmó buena parte de su filosofía y su forma de pensar como cuando en los últimos centímetros del calao pintó la biblioteca de Alejandría como máximo exponente de la ciencia y frente a ella, una biblioteca monástica, símbolo de los espiritual. Es la forma de combinar –y enfrentar– el mundo pagano y el religioso.
En sí, el mismo calado es la representación de una cuba (cuyas formas del hormigón evocan las duelas de una barrica y las líneas perpendiculares, los cellos).
El calado evoca al scriptorium rodeado de arcos a modo de claustro que habla de la historia del entorno y el trabajo del vino, como también lo hacen otras de las iniciativas con los que Bodegas Florentino Martínez cautiva al visitante.
-kOh--1200x840@La%20Rioja.jpg)
-kOh--1200x840@La%20Rioja.jpg)
-kOh--1200x840@La%20Rioja.jpg)
-kOh--1200x840@La%20Rioja.jpg)
1 /
Cultura y territorio
Algunas de ellas tienen un marcado carácter cultural, como es el caso del concurso anual de microrrelatos. Como el folio 72 de las Glosas Emilianenses –el que 'marca' el nacimiento del castellano–, el concurso que de microrrelatos que organiza la bodega ha de constar de ese número de palabras e incluir una (que varía cada año) y hace referencia al vino.
El ganador se incluye en la etiqueta del vino Distercio, un vino que se envejece en barricas de roble autóctono riojano. El único vino de la comunidad que se cría así, y que en la etiqueta que lo vista combina el nombre Distercio, de origen romano, con el arco gótico y la campaña que representan al monasterio, en lo que trata de ser el reflejo del origen y la transición del vino, en el que también están el reflejo del monte (donde surge la madera del roble de las barricas) y el valle que alberga la uva que ofrece el zumo para el vino.
De la misma forma, en las etiquetas del vino Tanka –cargadas de simbolismo– figuran los versos del haiku que gana el concurso anual. Son poemas, de origen asiático, con la estructura de tres versos de 5, 7 y 5 sílabas cada uno, y que captan un instante. Si se añaden dos versos más, el poema se llama tanka. De forma que el vino que elabora Florentino Martínez incluye el haiku y deja al consumidor que añada él los dos versos que faltan para completar el tanka.
El diseño de cada una de las botellas –e incluso de algunas cápsulas– también expresan diferentes mensajes a través de sus artísticas ilustraciones. De hecho, en Florentius, la etiqueta se presenta como un film que se remonta a la tradición de los beatos y el arte miniado mozárabe en el que se recogen miniaturas del pintor Florentius, que da nombre al vino.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.