La cooperativa de San Vicente se transforma en sociedad limitada en busca de socios inversores
Bodegas Sonsierra, una más con problemas financieros, precisa una inyección de liquidez que quiere atraer con el cambio societario
Bodegas Sonsierra, la histórica cooperativa de San Vicente, ya no es tal, sino una sociedad limitada. Así lo anunciaba en su edición de ayer ... el Boletín Oficial de La Rioja (BOR), que daba cuenta del acuerdo adoptado por la asamblea general extraordinaria de la sociedad celebrada el pasado 23 de noviembre de 2025.
En concreto, el 87% de los socios dio el visto bueno al cambio societario, con lo que el sector cooperativo –que en los años 60 y 70 fue clave para el desarrollo de Rioja– sigue adelgazando tras la absorción de la cooperativa de Quel por parte de la de Autol o después de la venta de las modernas instalaciones de elaboración de la de Labastida a Bodegas Muga. Tampoco es ningún secreto que no son pocas las cooperativas que se asoman al abismo tras los precios percibidos por la venta de graneles en las últimas campañas, incluso afrontando sus socios derramas extroardinarias para mantenerse a flote.
La cooperativa Sonsierra, fundada en 1961, fue pionera en comercializar sus vinos con marca propia y cuenta, además de con la bodega tradicional de San Vicente, de una segunda, Viñedos de Sonsierra, de ultimísima generación para elaborar vinos singulares. Luis del Águila, director general de la firma, confirma que «la nueva sociedad limitada sigue incluyendo los mismos activos, es decir, las dos bodegas» y justifica el cambio societario en una «necesaria mayor agilidad en la toma de decisiones». «El mundo del vino cambia muy rápido y es necesario adaptarse».
En este sentido, Del Águila no oculta que la intención del movimiento societario es buscar un socio que aporte liquidez:«Necesitamos inversores y, de hecho, tenemos alguna propuesta sobre la mesa pero la intención es abrir aún más el abanico». El gerente de Sonsierra está convencido de la viabilidad de la firma, aunque admite que «necesitamos una inyección de capital privada porque los bancos han dado un paso atrás con el sector del vino en general».
Del Águila argumenta que «la calidad más que demostrada de los vinos de Sonsierra y el potencial de los viñedos de nuestros socios son un atractivo para cualquier inversor».
Los estatutos de la nueva SL mantienem que los socios accionistas deberán entregar sus uvas a Sonsierra, mientras que ésta se compromete a recogerlas. En la actualidad, la bodega contaba con 410 hectáreas de socios y el 87% ha dicho sí al cambio societario. Un 8% no asistió a la asamblea y el resto votó en contra o se abstuvo. En todo caso, todos pueden pasar a convertirse en accionistas de la nueva sociedad.
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