De cómo una rotonda de 3,8 millones acaba en un túnel de seis

El proyecto del soterramiento de la vía se escogió, allá por 2004, de entre los varios que presentaron arquitectos de renombre. Por aquel entonces, con alcalde arquitecto -acuérdense de Julio Revuelta (PP en aquellas fechas)- se estilaban estas cosas. El firmante fue -es- Iñaki Ábalos (con Juan Herreros) y en su plan, aunque pasó desapercibido porque en aquellos años había otros muchos aspectos que mirar, el tráfico se derivaba hacia la nueva Miguel Delibes y ya no había túnel. Y sí, había estación de autobuses como la que se construye ahora y también cúpula porque, al final, poca cosa se ha inventado por el camino. En estos macroproyectos de millonadas y muchos, muchos trámites, la improvisación apenas cabe, aunque finalmente, sí se ha hecho una excepción con el túnel para conservar una parte y añadir otro tramo nuevo.

En llevar adelante esta actuación, el proyecto completo, se han ido empleando varias Corporaciones. De hecho, en el inicio físico de la misma, en 2009, cuando la crisis económica ya apuntaba por el horizonte, quienes tuvieron que impulsarla se vieron en una tesitura complicada. Hoy recuerdan que dudaron si pararla para replantearla o si tirar hacia adelante como estaba. La posibilidad de que detenerla supusiera perderla para siempre hizo que el plan, del estilo 'precrisis', faraónico lo denominan otros, fuera adelante.

Comenzó la obra. Desapareció la playa de vías, se fueron cosiendo las calles y Cascajos y el centro se fueron hermanando. La estación del ferrocarril fue meteórica -más bien en plazo clavado, 18 meses, pero eso no era lo habitual-. Luego el ritmo de la primera fase ya no fue el mismo. Y ello porque hubo que renegociar las cuestiones de dineros, dado que los cinco años establecidos para pagar los 220 millones terminaban en verano de 2014. Si de entrada se pensó pagar vendiendo los terrenos que resultaban, aún hoy es el día en que esto no sería posible porque las gestiones de cesión -el suelo es de Adif- no están hechas, aunque la aspiración de venta, también del solar que resulte en el espacio del actual túnel, ahí sigue.

Así, en los últimos meses, los bancos tuvieron guardada una parte de la financiación comprometida, los últimos 25 millones con los que, entre otras cosas se pagaba la reurbanización del nudo de Vara de Rey, a la espera de que se llegara a un acuerdo. Pero, mientras, se fueron conociendo los detalles del proyecto concreto, que iba a licitarse por 3.856.002 euros, una vez solucionada la financiación, e iba a incluir una glorieta en Vara de Rey de 29 metros de diámetro y tres carriles.

La contestación ciudadana al derribo, que ya se había ido haciendo patente unos meses antes, fue arreciando y se fue organizando a través de la Federación de Asociaciones de Vecinos de La Rioja. Se prefería lo conocido, lo que funciona, decían, a lo por conocer. En los primeros días de 2014 se habían producido movilizaciones en el barrio burgalés de Gamonal para parar una urbanización y hubo una especie de 'efecto mariposa' tanto en quienes protestaban como en quienes recibían las quejas que, por si acaso se les preparaba un incendio de ese tipo, trataron de templar y empezaron a hablar de «mejorar la urbanización».

Queja al Defensor del Pueblo, petición de consulta popular, recogida de firmas... Las propuestas, que incluían la reubicación de la edificación prevista en la zona del túnel que pedían los vecinos de Duques de Nájera, y las acciones fueron de lo más variadas. Incluso presentaron su propio diseño del entorno que suprimía el enlace con Miguel Delibes.

El asunto se fue tranquilizando. La refinanciación llegó en verano. Pero a fin de año resurgió la protesta y, en los meses siguientes, con unas elecciones en vistas, continuó el debate, si bien el PP se quedó solo en la defensa de la demolición del túnel y las demás formaciones se mostraron a favor de estudiar alternativas. Mayo de 2015 deparó una Corporación más variada en lo que a partidos políticos representados se refiere y el PP llegó a un pacto con Cs con varios puntos entre los que figuraba éste. ¿Cómo se resolvió? Con estudios. El PP ya no cerraba la puerta a la posibilidad de mantener el túnel y se encargó un análisis de todas las posibilidades.

El trabajo dio como resultado tres alternativas. La A mantenía el actual túnel aunque más hundido y sin posibilidad de parcela residencial encima por 7 millones de euros. La B modificaba el túnel para suavizar la curva, si bien conservaba la conexión con Lobete y permitía usar el suelo para construir. Era la más cara. Y la C, con mejor puntuación al valorar las soluciones para el tráfico rodado, llevaba el túnel hasta Miguel Delibes en vez de ir a Lobete. El precio, intermedio, 7,2 millones. Ganó la C.

Un pleno dio el visto bueno con los votos de PP, PSOE y Cs. «Los siete millones no son para tirar el túnel, sino para urbanizar 20.000 metros cuadrados», se explicó aquel 30 de mayo de 2016 el concejal de Desarrollo Urbano, Pedro Sáez Rojo. La portavoz socialista, Beatriz Arraiz, argumentó que «si se deja el túnel como está habrá más deuda y hay que ser sincero y explicarlo». Desde Cs, su portavoz, Julián San Martín, señaló que «ya no hay macrorrotonda y sí solución subterránea y compatible con los vecinos». Gonzalo Peña, portavoz de Cambia Logroño, dijo que «primero se propone tirar el túnel y así ahora tener un paso subterráneo no parece tan malo». Y el regionalista Rubén Antoñanzas alegó que «nos parecía un derroche gastar cinco millones en la zona y ahora son siete».

La Federación de Asociaciones de Vecinos trasladó que ninguna de estas soluciones era la que esperaba, si bien insistió en que era preciso mantener un túnel, bajar la cota, que el gasto sea el menor posible y que la urbanización sea compatible con lo ya edificado.

El proyecto de obra que desarrolló la alternativa C estuvo listo en octubre de 2017, si bien la adjudicación de la actuación no ha concluido hasta septiembre pasado.La reurbanización del entorno de Vara de Rey la está realizando la unión temporal de empresas formada por FCC, Compañía de Obras Públicas y la riojana ASBECA, quien presentó una oferta de 4.951.677 euros, rebajaba en el 22,4% el precio de salida, de 6.377.134 euros. Añadan el IVA a estas cantidades porque también lo pagamos. Así que serían 6.267.945 euros. De momento, estamos en las fases iniciales de la actuación, si bien ya se ven la rotonda de Belchite con Hermanos Hircio y, en unas semanas, se podrá pasar por el tramo nuevo de esta calle, con lo que Cascajos tendrá una nueva conexión.