De Málaga a Logroño

Laura, Trini y David: «Todo el mundo tiene que vivir San Mateo al menos una vez»

Para Trini y Laura San Mateo guarda pocos secretos. «Estos son mis terceros», dice la primera. «Yo llevo unos cuantos más», apuntilla la segunda, quien cuenta cómo, en esta ocasión, su presencia ha pillado por sorpresa a sus amigas logroñesas. «Tenemos buenas amistades aquí, pero les dijimos que no íbamos a venir porque los vuelos estaban muy caros», relata. «Pero, de repente, nos han visto en el bar en el que habían quedado para almorzar», añade.

Junto a ellas está David, quien se estrena en estas lides. «Trini me ha dicho que había mucha fiesta, que no se dormía y he venido a probar», señala. A probar las fiestas y a probar el zurracapote. «A ver si me invitan», apunta con una sonrisa al tiempo que sus amigas reconocen que la bebida típica de las fiestas les gusta más que el Cartojal, trago tradicional en la Feria de Málaga. «Para mí es bastante mejor», recalca Trini. Ahora bien, a la hora de elegir entre la feria y San Mateo la decisión se complica. «Es que mi feria es mi feria», admite Laura para después explicar que, aunque son celebraciones diferentes, tienen algo en común. «Se viven en la calle, sobre todo en el centro de las ciudades y eso nos gusta», certifica.

Los tres se quedan hasta mañana en Logroño y su plan pasa por «dejarse llevar» por sus amigos riojanos. La experiencia de Trini y Laura les dice que el día del chupinazo es el más divertido, aunque hay otros atractivos de la capital riojana que también les hacen regresar una y otra vez. «Lo mejor que tenéis aquí es la comida», sentencia Trini.

En la mesa de logroñeses y malagueños no faltan las botas de vino. Esas que después acabarían en la plaza del Ayuntamiento y en las zonas de bares de la ciudad. Lugares en los que pudieron escuchar esa tonadilla de 'Mi tierra es La Rioja, Logroño es mi pueblo' que tanto Trini como Laura ya se atreven a entonar. «Aunque lo mío es bailar», apunta la primera de ellas. David, por su parte, todavía tendrá que aprenderse esa letra que suena de manera atronadora en el centro de la ciudad durante las fiestas.

Él se deja aconsejar por sus amigas y estas tienen claro que se lo va a pasar bien. «Repetimos porque siempre nos hemos sentido muy queridas;la gente tiene que venir a San Mateo al menos una vez en su vida», afirman con rotundidad. No en vano, parece que la unión del norte y del sur funciona. «Riojanas y malagueñas, jóvenes y frescas, como el buen vino», concluyen.