El quebradero de cabeza de los poco menos de 86 kilómetros de fibrocemento
El material provoca a veces jornadas negras, la última en noviembre pasado, cuando se rompieron tuberías de Beratúa a Vara de Rey
M. J. L.
logroño.
Sábado, 3 de agosto 2024, 22:25
Con cierta frecuencia, la ciudad registra un reventón por aquí y por allá y muchas de las veces no vienen solos, sino que tras una rotura se produce otra en otra calle más próxima o más lejana. Especialmente negros fueron los primeros días de noviembre del año pasado. La racha empezó el lunes 6 de madrugada en las calles Belchite, Villamediana y Lardero y, ese mismo día, terminó anegando Vara de Rey, que ya venía de otra aparatosa rotura en octubre, y Pío XII. Vecinos y negocios sin agua. Y luego repitieron Villamediana y Beratúa.
Para frenar la sucesión de reventones incluso hubo que recurrir a un método que se evita a toda costa por el efecto que tiene en los pisos situados en los edificios más altos, que es el de bajar la presión del suministro, cuenta ahora el concejal Jesús López, quien señala que esta medida solo se toma en «rarísimas excepciones». La cuestión es que la cosa no puede ir a mejor, sino que, allí donde se ha roto, el problema irá a más, reconoce el edil.
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La red de abastecimiento de agua potable de la capital está hecha con canalizaciones de hasta cuatro tipo de materiales: fundición dúctil, polietileno, hierro y fibrocemento. Los quebraderos de cabeza vienen de la mano de las tuberías de fibrocemento y lo llevan siendo desde hace tiempo. En esta ciudad, como en las demás, durante la expansión urbanística de los años 60, 70 y 80 del siglo pasado el fibrocemento se utilizó mucho por su ligereza y su precio. Solo que las ventajas de entonces pasan ahora factura en forma de deterioro.
Así, de los más de 439 kilómetros de tuberías de la red de suministro de la capital, 86 son de fibrocemento, de cada vez mayor antigüedad y, por tanto, susceptibles de reventón. Poco menos del 20% del total.
En concreto son 85.926 metros repartidos por toda la ciudad, sobre todo en toda la zona centro y barrios anexos. En un mapa, el entorno vendría limitado por las calles Madre de Dios; Norte y General Urrutia; Duques de Nájera y avenida de Lobete al sur; Obispo Fidel García y Luis de Ulloa al este; y por Carmen Medrano y Duques de Nájera al oeste, junto a los barrios de Yagüe, El Cortijo y Varea (en su mayoría), La Estrella (al 50%) y polígonos como La Portalada I.
Aunque de este conjunto, las áreas que suscitan preocupación y en las que se plantea empezar a intervenir son las ya citadas de las calles Vitoria, Beatos Mena y Navarrete y Beratúa, por haber sufrido más incidencias en la red en lo que a roturas se refiere durante los últimos diez años.
El listado que proporciona la hemeroteca es largo y, más allá de estos incidentes registrados en el año 2023, aparecen otros de categoría en los mismos sanmateos del 2022, otras cuatro roturas a la vez en apenas veinte días en febrero de ese mismo año, alguno en la misma plaza del Mercado.... Otros tres reventones en una noche en la calles Beratúa, Ramírez de Velasco y Lardero, en septiembre de 2020; y cinco más en enero de 2019 en sitios repetidos y conocidos como Ramírez de Velasco, Beratúa, Lardero y Vara de Rey.