Una fábrica de peligros junto a casa
Naves abandonadas y pabellones sin uso acumulan denuncias e incidentes en pleno Lobete | Los vecinos del PERI de reconversión industrial entre Eliseo Pinedo y la calle Nueva se muestran preocupados por los riesgos que conllevan tantas visitas furtivas
«Precintaron la puerta el domingo... ¡pero el lunes ya volvía a estar abierta!». Una vecina de la comunidad del 26, 28 y 30 de ... la avenida de Lobete daba la última voz de alarma. La alerta, sin embargo, lleva tiempo activada... con avisos cada vez más frecuentes a la Policía Local y denuncias en el Ayuntamiento de Logroño. «El problema es de sobra conocido», lamentan tras años sufriendo tales circunstancias.
La situación no es nueva, sino que cada cierto tiempo se repite. Aquí y allá. Ahora son las naves abandonadas y pabellones sin actividad de Lobete, concretamente los ubicados entre los números 12 y 24, entre Eliseo Pinedo y la denominada como calle Nueva -en la práctica un callejón sin salida-, frente a las traseras de la Escuela de Idiomas y el 'Plus Ultra'.
«Cualquier día vamos a tener algo que lamentar. Los jóvenes entran cómo y cuándo quieren y algunas de las naves tienen pozos abiertos, con lo peligroso que puede resultar...
Construcciones vacías y sin uso, que se deterioran con el paso del tiempo y según se van sucediendo las 'visitas furtivas', ubicadas en el delimitado como PERI de reconversión industrial Nº 14, bautizado como 'Avenida de Lobete I', y que se encuentra a medio desarrollar pese a que venció en el 2016.
El problema, como siempre, es que pese a expirar el plazo, viviendas e industrias -en este caso cerradas, aunque mal valladas y con numerosos huecos para colarse- siguen conviviendo cuando ya deberían ser exclusivamente residenciales o, al menos, solares. Pasa en Cascajos y en San Lázaro, en Yagüe o en La Estrella.
Diario LA RIOJA comprobó este jueves lo fácil que es adentrarse en unas instalaciones otrora industriales que incluso se comunican unas con otras con grandes 'butrones' abiertos en las paredes. Tanto como, en algunas de ellas, empujar la puerta. Dentro, espacios desmantelados con polvo, materiales desechados y basura. Pintadas y restos de las incursiones de grupos de jóvenes, vagabundos y 'buscavidas'.
Locales supuestamente 'cerrados' que han registrado conatos de incendios y actos vandálicos. «Cualquier día vamos a tener algo que lamentar. Los jóvenes entran cómo y cuándo quieren y algunas de las naves tienen pozos abiertos, con lo peligroso que puede resultar... Además, cada vez es más habitual ver gente llevándose material reutilizable o, simplemente, para vender lo que encuentran como chatarra», explica un vecino de la zona buen conocedor de la situación con el que se topan fotógrafo y redactor y que se presta a actuar de 'cicerone'.
Sucede que un día echan el cierre, recogen sus cosas aunque dejando todo aquello que creen que no merece la pena, y se marchan para no volver. Todo un quebradero de cabeza. Las viejas factorías de fontanería, instalaciones de sistemas de calefacción y aire acondicionado Victoriano Martínez, de gráficas Ochoa, o de mármoles Victorio Martínez, que ya no tienen nada que ver con las mismas, presentan estado de ruina e incluso ven pasar el tiempo con la puerta sin cerradura. Al lado, también formando parte del mismo PERI, se mantiene abierta una ferretería (desde la que confirman la sensación de inseguridad en la zona) y, justo en la esquina oeste, está la que fue la 'skatehouse' llamada Del Mar, cerrada ahora desde algo más de un año.
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