El miedo regresa a la calle Río Linares, donde vivía el presunto asesino del niño Álex

Según ha podido saber Diario LA RIOJA, se han presentado denuncias por tres motivos diferentes: daños en la propiedad privada, quebrantamiento de orden de alejamiento y desacato a la autoridad. Al parecer, los conflictos se centran, sobre todo, con otro vecino al que la mujer intentó sellar la puerta de casa con poliuretano y a quien escribió un mensaje con esta misma sustancia que dice: «Llama y 'dala' cara». Según testigos de lo sucedido, una motivación para hacer esto fue, según justificaba la nueva inquilina, que los vecinos le llenaban la casa de frío y, en concreto, este salía de esa vivienda. Derivado de este suceso se decretó una orden de alejamiento de la inquilina conflictiva con el vecino más afectado y que quebrantó incendiándole el felpudo, lo que ocasionó más daños en la puerta y motivó otra actuación de las fuerzas del orden.

La nueva inquilina del 3º B del número 5 de la calle Río Linares, en el barrio Entre Ríos de Lardero, una mujer adulta, protagonizó un altercado con un agente de la Guardia Civil en una de las actuaciones, siendo acusada de desacato a la autoridad. Desde entonces, la Policía Local incluso acude a la casa a acompañar a algunos vecinos a salir a la calle por temor a esta vecina. La Guardia Civil ya ha puesto a disposición judicial las diligencias del caso.

La vivienda en la que se han sucedido los dos inquilinos problemáticos es de propiedad privada y se alquila. «Sabemos que el dueño es un particular, pero no sabemos si lo alquila directamente él o si lo gestiona a través de alguna institución», informa el alcalde de Lardero, Manuel Vallejo. Los vecinos con los que ha podido hablar este periódico no han querido realizar declaraciones, aunque han permitido la entrada al edificio para comprobar los daños realizados.

Los problemas empezaron cuando la pareja de la inquilina, con quien había empezado a vivir allí, abandonó la casa. «Sabemos muy poco. La Policía Local nos confirma que han realizado actuaciones combinadas con Guardia Civil y que la vecina conflictiva ha sido detenida al menos en dos ocasiones, habiendo prestado declaración por lo sucedido, y que ahora el caso está pendiente de la decisión judicial», explica Manuel Vallejo.

La situación en el bloque es de desconfianza y miedo. Muchos vecinos ni siquiera contestan a las llamadas al timbre o rehusan hablar. «Los vecinos están intranquilos, nerviosos, pero no tenemos más opciones si ya se han puesto denuncias y han detenido a esa persona. Ahora son los jueces quienes deben aportar una solución», apunta el alcalde de Lardero. «La situación es incómoda porque no podemos solucionarlo y nos gustaría que se resolviera cuanto antes, pero los agentes hacen todo lo que pueden», concluye Vallejo.