El poder de la música como medio para trabajar objetivos terapéuticos
La musicoterapia abarca desde el contexto hospitalario hasta el educativo y su entorno pedagógico y el socio-sanitario
El Diccionario de la Lengua Española se refiere a la musicoterapia como el empleo de la música con fines terapéuticos, por lo general psicológicos. Se trata de una herramienta clínica, pero va más allá en su capacidad de impactar profundamente en comunidades, colectivos vulnerables y entornos educativos. David Gamella, investigador de UNIR y director del Máster en Musicoterapia, incide en que esta disciplina «se basa en la evidencia científica» y pese a ello en España «no está reconocida como profesión; en cambio sí lo está en Estados Unidos, Austria, Noruega o Inglaterra».
Aclara, en esta línea, que «los musicoterapeutas no vamos al hospital a cantar canciones», sino que lo que hacen «no es algo fortuito y sí basado en datos estadísticos y en evaluaciones». Por ello, hace hincapié en que no intervienen, por ejemplo, en un contexto hospitalario «sin el consentimiento de un equipo médico o de enfermería. Ellos son los que nos hablan del tipo de paciente en el que hay que intervenir y de las necesidades que tiene».
A partir de ese momento, diseñan sesiones, tratan de definir una serie de objetivos terapéuticos, luego toman datos y evalúan si se ha conseguido o no ese objetivo; también analizan el papel que ha cumplido la música. La musicoterapia, sin salir del contexto hospitalario, es válida «antes de intervenciones quirúrgicas, cuando el paciente está nervioso, tiene dolor, ansiedad o un estado emocional que puede complicar el trabajo en quirófano». También después de una operación. «Es una técnica coadyuvante, es decir, que ayuda a otro tratamiento, ya sea al del médico, psicólogo o psiquiatra, porque trabajamos en colaboración con ellos».
«El musicoterapeuta debe estar en las mejores condiciones para atender a quien está en una situación compleja»
David Gamella
Investigador y director del Máster en Musicoterapia UNIR
UNIR imparte el primer máster 'on line' en esta disciplina, que desde 2017 ha formado a más de 800 estudiantes en España y en Latinoamérica. «Aparte de música, tenemos que aprender de psicología, de neurología de la música, de musicología, de tecnología, de trastornos psicológicos... de todo aquello que rodea al tipo de personas a las que podemos atender». No se ciñe solo al contexto hospitalario, también al educativo y su entorno pedagógico y al socio-sanitario. «Nuestro marco de competencias es extensísimo, además de toda nuestra preparación personal y humana». El musicoterapeuta «tiene que estar en las mejores condiciones de cara a prestar un servicio seguro y estable para alguien que está en una situación compleja». Por ello, la formación implica unas bases teóricas muy firmes, con conocimientos potentes, que se unen a un trabajo práctico en contextos reales supervisados y tutorizados.
Iniciativas que ponen el foco en el empleo de la musicoterapia
UNIR, consciente del potencial de la musicoterapia, apuesta también por la investigación y por aplicar todo ese conocimiento a la sociedad. Bajo esa premisa nació el proyecto internacional TCanto, que trabaja con coros escolares y residencias de ancianos, con el fin de impulsar el contacto intergeneracional. «Nuestra idea es generar un protocolo de intervención que después pueda ser exportado a muchas más escuelas y residencias», comenta David Gamella. En una primera fase trabajan con escuelas y residencias de España; y en la segunda añadirán una residencia y un centro escolar de Bogotá y otro de Roma. «Con ello veremos las diferencias, sobre todo socioculturales, que pueden darse».
Consciente de que en otros países la musicoterapia está reconocida como disciplina terapéutica, admite que en España «el esfuerzo investigador es doble». De ahí que los profesionales no solo tienen que realizar sesiones, sino también tomar datos de manera rigurosa y después trasladar esos resultados a artículos dentro de revistas de investigación que estén indexadas. En 2021 impulsaron la revista internacional Misostenido, «para de alguna manera facilitar que puedan publicar sus investigaciones y adaptar los trabajos de final de máster a un formato de artículo científico». Van ya por el décimo número «y está empezando a tener también repercusión internacional y se está consolidando como una publicación relevante de habla hispana».
No obstante, como la publicación científica se caracteriza por un lenguaje académico «y no todo el mundo está preparado para leerlos», Gamella comenta que también han desarrollado MUTCASTmusicoterapia. A través de un lenguaje más divulgativo «acercamos esas investigaciones. Este podcast nos permite divulgar lo que no se entiende en un artículo científico y explicar en qué consiste la musicoterapia, qué funcionalidades tiene y por qué es bueno que esté en los entornos terapéuticos y clínicos».