La Guardia Civil busca cebos envenenados en La Rioja

La Guardia Civil intensifica las actuaciones para la localización de cebos envenenados en el ámbito rural, que pueden llegar a provocar la muerte de aves y mamíferos catalogados con distintos grados de protección o en peligro de extinción.

El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil en La Rioja (Seprona), en colaboración con la Consejería de Agricultura de La Rioja, ha inspeccionado 121,5 hectáreas, 617.500 metros cuadrados en el Parque Natural del Alto Najerilla (Canales de la Sierra, Mansilla y Anguiano), así como 598.000 en el Parque Natural de Sierra Cebollera (Villoslada de Cameros y Lumbreras), en los que, afortunadamente, no se han hallado venenos. No obstante, está prevista la realización de más rastreos en otros puntos de la región.

Para este cometido, el Seprona y los agentes forestales han contado con el apoyo de un pastor belga malinois, llamado Uro, de línea de trabajo de cuatro años, perteneciente al Servicio Cinológico de la Guardia Civil con base en El Pardo (Madrid). El animal está entrenado para localizar los diferentes tipos de sustancias tóxicas que se utilizan para aplicar a carnes y otros alimentos, convirtiéndolos en cebos envenenados. También participa Send, un pastor belga malinois de tres años, entrenada por su guía, agente forestal, para la ecodetección de fauna.

Desde el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil en La Rioja se informa a los ciudadanos de que la utilización de cebos envenenados para el control ilegal de especies, para la caza furtiva o para la eliminación de depredadores está recogida como delito en el Código Penal (Delito contra la Flora y la Fauna), estableciéndose penas que pueden llegar a dos años de prisión e inhabilitación especial para cazar por hasta tres años. Estas penas pueden verse agravadas con una pena superior en grado si el daño producido es de notoria importancia o afecta a espacios naturales protegidos.

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