La Ronda Sur de Logroño, a toda máquina

Después de las labores de balizamiento, en las últimas semanas se han producido trabajos de desbroce, estaquillado y movimiento de tierras. En esta primera fase la tarea es más sencilla. Este miércoles, por ejemplo, solo una excavadora trabajaba en los parajes Las Coronillas y Valdelacierva, cerca del toro de Osborne de Navarrete, por donde se construirá la conexión entre la N-120, la A-12 y la LO-20 con la AP-68, que quedará libre de peaje hasta Arrúbal. La obra incluye la eliminación del área de peaje de Agoncillo, la construcción de una conexión con el hospital San Pedro y La Portalada y la reposición del Camino de Santiago afectado.

«Todo está transcurriendo con normalidad, sin imprevistos», señaló ayer José Ignacio Pérez, subrayando que la complejidad de la intervención incrementará conforme avance la misma y los años, y con ella también la inversión, dividida en cinco anualidades. «En la del 2019 no se llegaba al millón de euros, en el 2020 serán, aproximadamente, unos 10 millones de euros, y es del 2021 al 2023 cuando se realizará el mayor esfuerzo económico, con más de 37 millones de euros cada año», destacó el delegado del Gobierno en La Rioja.

Los primeros trabajos han dejado al descubierto algunas casas que pasarán de estar en medio 'de la nada' a estar rodeadas de carreteras, como la de Ana. Eso sí, su mayor preocupación no es esta obra, sino los cazadores, puesto que se encuentra en medio del coto de caza.

«Los cazadores se ponen a pegar tiros aquí al lado, cuando no pueden, y aunque se lo he dicho, lo único que he conseguido es amenazas», declara Ana, quien ve con cierta esperanza la Ronda Sur, no por la comunicación sino porque tal vez así deje de escuchar disparos tan cerca de su casa. «Aquí tengo mucha tranquilidad y dicen que la voy a perder con esta obra, pero si me quitan los cazadores, que es mi único problema, yo encantada», asegura Ana.