Ana Belén Cuesta | Profesora de la UR

«La Rioja carece de una estrategia de envejecimiento»

– Más de 22.000 personas mayores de 80 años en La Rioja tienen que hacernos pensar...

– Sí, pero no verlo en clave de problema. Es una buena noticia tener esa esperanza de vida. Se vive más años pero el reto es vivirlos mejor. Hoy, un 20% de la población riojana supera los 65 años y de aquí a 2050 será un 30%. El INE también nos dice que va a crecer la de más de 80 años, el denominado sobreenvejecimiento, y hay que dar respuesta.

– ¿Las instituciones están abordando el problema?

– Se van haciendo cosas. Por ejemplo, en Europa se ha aprobado la Estrategia Europea de Cuidados y también hay una nacional. En La Rioja existe el Plan Riojano de Servicios Sociales que habla de la proximidad de los recursos, pero La Rioja es una de las seis comunidades que carece de una estrategia de envejecimiento. Para conocer bien cómo es nuestra población mayor y sus necesidades es muy necesario ese trabajo previo para enfocarlo de manera global.

– ¿Hacia dónde hay que ir?

– Primero, escuchar a las personas mayores. Cuando se les pregunta dónde y con quién quieren envejecer dicen que quieren hacerlo en casa y para eso hay que reforzar los recursos de proximidad. Hay centros o asociaciones que funcionan muy bien y hay que apoyarlos. Y apostar por los centros de día, que pueden atender a las personas en su entorno.

– El número de residencias y el de plazas en La Rioja continúa creciendo, con cerca de 3.700. ¿Es el modelo?

– En Europa nos dicen que hay que mantener a la persona en su entorno. Las residencias son un recurso muy válido para determinados momentos o situaciones, pero los centros no tienen que ser como los que conocemos, sino pequeños, amigables, con visitas... Por ejemplo, si hay 3.700 plazas en residencias no llegan a las mil en centros de día. Si queremos que la persona se mantenga en su domicilio hay que apostar por esto y también por ayudar a las personas cuidadoras.

– ¿No se cuida a los cuidadores?

– Han estado invisibilizados. Hay que dignificar a todos los que trabajan en ese ámbito incrementando los recursos, mejorando condiciones, contratando profesionales... También sería necesario reforzar la figura de los trabajadores sociales, que acompañan a la persona en todo momento.

– ¿Es la soledad un agravante a los problemas de los mayores?

– Sí, el aislamiento social es un problema. Han cambiado los modelos de familia, la sociedad... Existen recursos para reestablecer relaciones sociales, como 'Logroño Acompaña' del Ayuntamiento, 'Siempre Acompañados' o el trabajo de muchos municipios. Pero la dificultad está en detectar las situaciones de soledad no deseada. Hay que implicar a comercios, farmacias... para llegar a esos mayores y actuar.

– ¿Cómo se puede mejorar la atención a este colectivo?

– El reto es que los recursos sean más flexibles e inmediatos. Iniciativas como la de Logroño, que presta ayuda a personas sin grado de dependencia reconocido pero en las que se han constatado necesidades, es un buen paso. También es importante que la valoración y la asignación de recursos sean rápidas. Y apostar por buenas prácticas con enfoques comunitarios, con intergeneracionalidad y, por último, poner en marcha apoyos tecnológicos que les puedan ayudar.