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Los perros de José María, el pastor, se asoman con curiosidad y algo de miedo al hoyo abierto en la finca, situada a unos tres kilómetros de Estollo. juan marín

Y de repente la tierra se abrió en Estollo

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De la noche a la mañana, en febrero de 1997, un agujero monumental de nueve metros de profundidad y seis de diámetro se abrió en una finca de Estollo. Ante lo inexplicable del suceso, algunos hablaron de meteoritos y otros de extraterrestres. Al tercer día, los técnicos ofrecieron una explicación razonable: aquel hoyo era una torca

Pío García

Logroño

Domingo, 18 de agosto 2019, 13:36

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El 17 de febrero de 1997, una inquietante llamada de teléfono sobresaltó a la redacción de Diario LA RIOJA. «En Estollo ha aparecido de ... la noche a la mañana un hoyo gigantesco en una finca, como si hubiera caído un meteorito o un OVNI». La noticia parecía inexplicable, en la frontera de lo paranormal: en una sola noche, en una parcela alejada de cualquier núcleo habitado, sin que nadie hubiera visto ni oído nada, se había abierto un agujero monumental, un círculo casi perfecto de seis metros de diámetro, nueve de profundidad y forma de embudo invertido.

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