José María Daroca Rubio | Presidente del Sindicato Central de Riego del Iregua

«Si queremos mantenernos y continuar hay que modernizar el regadío»

– ¿Ha conocido una situación de sequía como esta?

– Nunca. He vivido momentos de sequía hace muchísimos años, cuando no había tanto frutal. El 2017 también fue malo, pero no como este.

– La sequía, normalmente, se producía en verano y aún estamos en primavera. ¿Preocupa?

– Por supuesto. Ha habido sequías pero hemos podido regar, aunque se tardaba y se pasaba mal, pero no en mayo. Recuerdo, recién llegado de la mili, que se pedieron melocotones y maíz por no regar, pero una sequía tan atroz como esta no la he conocido.

– Bajo su experiencia de agricultor, ¿cree que va a llover?

– La esperanza es lo último que se pierde. Si al menos lloviera para mantener las plantaciones... Pero lo veo muy difícil.

– ¿Qué cultivo necesita actualmente más agua?

– Los frutales, porque la viña la puedes salvar con un riego en julio. Lo puede pasar mal pero no llega a secarse como los árboles.

– Recientemente se trató de alcanzar un acuerdo para el riego y no se produjo. ¿Por qué?

– En una primera reunión, el lunes, la Consejería de Agricultura se comprometió a buscar una compensación para el cereal, si no regaban, para dejar el agua a los perales. Antes de la segunda reunión los presidentes de las comunidades de regantes de Villamediana y Alberite anunciaron que regarían, así que no hubo acuerdo, a pesar de que se llegó a hablar de 600 euros por hectárea a las fincas de regadío, con un máximo de 20.000 euros.

– ¿Cómo puede suceder esto en una cuenca como la del Iregua, con dos embalses de agua?

– Claro que tenemos dos embalses, pero hay que dejar unos 24 millones de hectómetros cúbicos para el abastecimiento público, así que a los agricultores nos quedan 9,5. Y en esta parte ni ha nevado ni ha llovido.

– ¿Cómo puede repercutir la sequía en la cosecha, se mermará o se echará a perder entera?

– Dios quiera que llueva, algo por lo menos. Hoy no tenemos agua ni para mantener el arbolado. Las peras, si no se caen, quizá haya que tirarlas, que es otro gasto más. El cereal ya está como está, no cambia. La viña aguanta mucho mejor la sequía que los frutales, de hecho, se planta en sequeros.

– ¿El agricultor espera ayudas o le cubrirá el seguro?

– No lo sé. La declaración de zona en emergencia, creo, debería hacer que entrase la Comunidad Autónoma o el Estado.

– ¿Hay solución?

– Este año ya no tiene solución, pero si queremos mantenernos y continuar hay que modernizar el regadío. Si estuviéramos modernizados, con el agua que hay ahora en los embalses no regaríamos alegremente pero seguro que salvábamos, si no toda, parte de la cosecha. Solo nos queda modernizar, aplicar el riego por goteo.

– ¿Y el cultivo de La Rioja no está modernizado?

– En la cuenca del Iregua, no. Regamos por inundación y hoy no tenemos agua. Tenemos que aprender de todo esto. Debemos modernizarnos lo antes posible, en un máximo de cuatro años, porque si no, lo tenemos mal.

– Agricultores y ganaderos sufren varios problemas y ahora parece que todo se solucionaría con algo tan aparentemente sencillo como que llueva, ¿no es así?

– Otros años, aunque haya venido el año seco, como el año pasado, luego vino un abril lluvioso y los embalses se llenaron. Pero esta vez no ha llovido. Si los árboles frutales llegan a morir puede suponer no levantar la cuenca del Iregua en muchos años.

– ¿Eso puede llegar a suceder?

– Ya hay algunos que sí. Y si no nos modernizamos y nos vemos en la misma...

– Cambiando de tercio, ¿cómo valora el panorama del vino?

– Está mal. Las ventas no son las que esperaríamos todos. Hay excedentes y debemos tratar de quitárnoslos, quizá no bajando los precios porque, entonces, lo sufrimos los agricultores.

– Usted que ha sido presidente de la DOC Rioja, ¿se veía venir el problema años atrás?

– Quizá producíamos de más, pero nadie contaba con la pandemia, que nos ha hecho mucho daño. Y la guerra de Ucrania también nos ha arrastrado.

– ¿Confía en alguna solución?

– Es muy difícil. Bajar rendimientos, producir menos para intentar igualar la oferta a la demanda. En Burdeos hablan de arrancar viñas, pero eso es muy duro, igual es mejor regular la producción y así, en unos años, igualamos producción y ventas.

– ¿Cree que ha habido una burbuja en Rioja que ha estallado?

– Un poco sí. Ha sido un 'boom' y hemos estado unos años muy bien, hay que reconocerlo, pero a raíz de la pandemia se nos ha ido de la mano a todos: agricultores y bodegas.