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Miércoles, 17 de julio 2019
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No hay acuerdo. Pero podría haberlo. Podemos y PSOE se reunían este miércoles durante más de cuatro horas en el Parlamento para, al final, salir sin cerrar un pacto, aunque dejando una puerta abierta a la esperanza: las dos formaciones se han emplazado a una reunión para este jueves, a las 10. Tres horas antes de la hora fijada para la segunda sesión de investidura de Concha Andreu.
Las ofertas están claramente sobre la mesa. Al menos, la socialista. El PSOE ha ofrecido a Unidas Podemos contar con dos viceconsejerías: una de Igualdad y otra de Reto Demográfico, así como una dirección general, la de Vivienda. En cualquier caso, ningún cargo que se siente en el Consejo de Gobierno.
La socialista Concha Andreu se mostraba «moderadamente contenta» por la posibilidad que ofrece la reunión de mañana, e intentaba poner en valor esta oferta: «Hemos estado hablando de las políticas transversales, a lo largo de todo el gobierno, de Igualdad y de Reto Demográfico, y hemos añadido también Vivienda, que es algo que nos parece importantísimo».
«La viceconsejería de Igualdad va a influir en todas y cada una de las consejerías, y así se lo hemos hecho saber», defendía Andreu. Y la misma importancia, afirmaba la candidata del PSOE, tendría la viceconsejería de Reto Demográfico. «Es una oferta que les hemos hecho y que mañana seguiremos madurando». «Ha habido buen ambiente, que es lo principal», señalaba Andreu. Tengo confianza en que mañana (por este jueves) podremos alcanzar un acuerdo».
El mensaje optimista que se desprendía de las palabras de Concha Andreu quedaba desvanecido durante la comparecencia, acto seguido, de Raquel Romero, que insistía en que Podemos tiene que estar en el Gobierno, que la oferta no le satisface. Ha acusado al PSOE de «enrocarse» y se ha mostrado «bastante pesimista» respecto a los posibles resultados de la reunión de este jueves.
Romero afirmaba que «el PSOE se ha levantado incluso de la mesa», y que la convocatoria de esa reunión «la ha formulado la propia Andreu ya desde la puerta, cuando se marchaban».
Romero insistía en que la oferta inicial del PSOE era para que Podemos entrara en el gobierno, y que ellos se remiten a ese supuesto acuerdo, que el PSOE desmiente.
La oferta ha sido, pues, decepcionante para Unidas Podemos. «Estamos tristes», afirmaba la diputada. «El PSOE se niega a que Podemos esté en el Gobierno. Se ha demostrado que el problema no era ni una ni dos ni tres consejerías».
Unidas Podemos dice mantener «la intención de negociar», aunque sin demasiadas esperanzas. «El PSOE prefiere que gobierne la derecha», afirma Romero. Para ella, la influencia de la política nacional está pesando en las negociaciones riojanas: «Pedro Sánchez tampoco quiere que Podemos entre en el Gobierno».
El mismo pesimismo que rezumaban las palabras de Raquel Romero ante los periodistas en la Cámara se explicitaba, aún más, en un comunicado enviado por Podemos muy pocos minutos tras el final de la reunión.
«Hoy el PSOE ha demostrado que no se trataba en ningún momento de 1, 2, 3 o 33 consejerías: se trataba, simplemente, de pura soberbia y odio irracional a Unidas Podemos», afirma la nota.
Para la formación morada, «el verdadero problema no es Podemos en La Rioja, el verdadero problema es el PSOE de Pedro Sánchez que quiere chantajear a Pablo Iglesias utilizando a La Rioja».
«El PSOE tendrá que explicar a sus votantes y militantes por qué prefiere dejar gobernar a la derecha antes que gobernar con Unidas Podemos. Nosotras seguimos dispuestas a negociar para intentar un gobierno de progreso en La Rioja. Pese a los insultos reiterados de la Candidata Concha Andreu, no vamos a dejar de seguir intentándolo».
La espera ha sido tensa toda la tarde en los pasillos del Parlamento de La Rioja. Desde las siete de la tarde, la sala A de Comisiones de la segunda planta del Parlamento de La Rioja estaba ocupada por las delegaciones de PSOE y Podemos con un objetivo que parecía imposible pocas horas antes: cerrar un acuerdo de última hora que permita que este jueves hubiera Gobierno y que Concha Andreu fuera presidenta.
Los prolegómenos, eso sí, estaban por la tarde llenos de buenas palabras. Primero llegaba Concha Andreu, acompañada de Francisco Ocón y Nuria del Río, y después la 'morada' Raquel Romero. A la diputada de Podemos le costaba un poco más entrar al Parlamento acompañada de Amaia Castro, Nazaret Marín y el equipo de asesores llegado desde Castilla La Mancha. Era la primera vez que Romero acudía personalmente a las negociaciones
Raquel Romero afirmaba llegar con buenas intenciones: venía, según explicaba a los periodistas «con la intención de no levantarse hasta que La Rioja no tenga un nuevo Gobierno». Eso sí, Romero esquivaba responder a la pregunta de este diario de por qué no se había sentado a negociar hasta ahora.
La reunión comenzaba a las 19.05 en una sala presidida por una serie de retratos de los distintos presidentes de la Cámara riojana; el último, a falta de que se cuelgue el de Ana Lourdes González, resulta ser curiosamente el de José Ignacio Ceniceros, que observaba hierático de cuerpo entero a los siete reunidos. Por parte del PSOE, Andreu, Ocón Díaz y Del Río y por parte de Unidas Podemos, Romero, que ha acudido acompañada de Mario Herrera y Nazaret Marín.
Los fotógrafos y las cámaras de vídeo inmortalizaban la escena, que tenía como interés principal la presencia, insólita hasta ahora, de la diputada morada.
Por sorpresa, al Parlamento llegaba después Henar Moreno(IU), la otra diputada de Unidas Podemos que sí votó este martes a favor de Andreu en su investidura, acompañada por la exdiputada de Podemos Sara Carreño. Por los despachos del Legislativo deambulaban también los portavoces del PP y Ciudadanos, Jesús Ángel Garrido y Pablo Baena, preparando el pleno de este jueves.
En un bar cercano, esperan novedades otros dos dirigentes de Podemos: Amaia Castro y Axier Amo, que han acompañado a la comitiva morada hasta la entrada.
Durante ese corto respiro, pasadas las nueve y cuarto de la noche, los miembros de Podemos permanecían recluidos en su despacho del Parlamento. Nuria del Río se ha ido a fumar a las afueras del Parlamento y el resto de miembros de la delegación socialista se mantenía en la sala. Ninguno de ellos quería responder a las preguntas de los periodistas que se interesaban por conocer el desarrollo de las negociaciones.
Una vez pasado ese receso, ambas partes retomaban las conversaciones. Con un detalle curioso: la diputada socialista llamando a la puerta del grupo de Podemos para recordarles que habían acordado que el descanso iba a ser de cinco minutos y se estaba alargando.
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