Gobernar sin misericordia
El Gobierno de La Rioja se equivoca en un empecinamiento que ya es casi maldad
Jueves Menores
Gobernar sin misericordia
Hay algo profundamente incomprensible y bastante perverso en la actitud que los gobiernos autonómicos del PP han tomado con el asunto de los menores inmigrantes que se hacinan en Canarias. Uno de esos gobiernos es el de La Rioja, que en esto Capellán ha decidido no hacer honor a su fama de verso suelto y sigue con aparente convencimiento el mandato de Génova. Su empecinamiento en no acoger a esos niños y jóvenes apelando a una discusión sobre los criterios de reparto pudo tener algún sentido al principio. Pero ha pasado un año, y ese bloqueo es ya sólo cerrazón y política de la mala, de la que no tiene en consideración más que las siglas de uno. Política sin solidaridad, sin corazón. Sin misericordia.
Me gusta mucho ese concepto, misericordia, aunque parezca un poco ya pasado, como cosa de curas y santos de iglesia de pueblo. En su raíz ... hay dos palabras, las latinas para pobreza y para corazón. Es la virtud del que siente el dolor del otro, su miseria, y la hace suya, le abre su corazón. Nadie misericordioso puede ser mala persona. Ninguna política así fundada puede ser criticable mas que por los que prefieren el odio.
Es todo ello, fíjense, poderosamente cristiano. Cada uno lleve su fe o su falta de ella por donde quiera, pero quienes apelan a la indudable raíz cristiana de occidente (no única, pero sí clave) deberían al menos intentar no ser tan selectivos con lo que quieren que tal cosa signifique.
Pero nada hay de eso en lo que están haciendo La Rioja y los otros gobiernos populares. Esos menores están ahí solos en un momento decisivo de sus vidas, y hemos decidido que no nos importa, que no queremos hacer nada por ellos, aunque podamos. Porque podemos. O deberíamos poder: un año hemos tenido ya para prepararnos.
Tampoco hay nada de solidaridad en esta actitud. Otra palabra hermosa, esta sí más de moda. Viene del latín, también: sólido, entero, unido en sus elementos. Y de ahí, por evolución, expresa apoyo mutuo entre las partes de un todo.
Ese todo se llama España, esta vez. Uno no puede llamarse patriota y decirles «ahí os den» a los canarios durante tantos meses. O puede, pero luego no vale quejarse cuando los nacionalistas catalanes entonen su propio y perpetuo «ahí os den» dirigido a nosotros, con o sin ayuda de Sánchez y su coro.
Solidaridad y misericordia. Palabras viejas, conceptos antiguos. Pero tan bellos.
Domingo Vacaciones
Cosas buenas
Con su permiso (y sin él también, era por ser educado) voy a vacacionar unas semanas. No creo que me echen de menos por aquí, con tanto y tan bueno que mis compañeros hacen cada día. Además, uno tiene la sensación de estar en estas páginas siempre como enfadado. Va con esto del columnismo, raro oficio en el que tantos creen que su obligación es cabrear al mundo. Así que si me permiten (otra vez, ehem) me voy a ir repasando unas cuantas cositas buenas, grandes y pequeñas, que he leído en este su periódico solo esta semana.
El lunes veo una foto grande de un pueblo pequeño: los vecinos de La Villa de Ocón, que se fotografían todos juntos, como cada año. Cosas así mantienen con vida un pueblo.
El martes veo llorar en Deportes a una chiquilla de 17 años. Adriana Díaz, se llama. Es de Logroño. Es campeona de Europa de baloncesto. Muy grande.
El miércoles leo que un banco, CaixaBank, dice que La Rioja va a crecer más que todas las regiones vecinas. Un economista suele predecir mejor el pasado que el futuro, pero en fin, creamos que se puede.
El jueves veo a un señor que habla de hormigas. Dirige un equipo internacional de investigación. Un sabio en lo suyo. Y de Nájera. Siempre me ponen contento las cosas de la ciencia, no sé por qué.
Del viernes me gusta una idea del Gobierno de La Rioja: pagar para que haya comercios en pueblos de menos de 300 habitantes. Sin tienda y bar no hay pueblo.
Y ayer los científicos del Cibir avanzaron un pasito en una cosa que puede ayudar a curar algunos cánceres. Otros sabios.
Nos vemos a la vuelta. Disfrute usted: el mundo, ya ve, está lleno de cosas buenas.
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