Lafuente: «Lo más duro fue no dejar que los familiares pudieran despedirse de sus seres queridos»
Cinco años después del primer diagnóstico de covid el exgerente del Seris asegura que sufrió la «soledad del directivo» y le preocupan «las secuelas psicológicas» que han quedado después de la pandemia
La Rioja
Martes, 4 de marzo 2025, 18:59
Hace cinco años del primer diagnóstico del coronavirus en La Rioja. Lo que sucedió después es difícil de olvidar, mil personas perdieron la vida en La Rioja a causa de un virus que mantuvo a los españoles meses en casa mientras otros luchaban con la enfermedad en primera línea y tomaban decisiones muy complicadas. Uno de ellos fue Alberto Lafuente, exgerente del Servicio Riojano de Salud.
«Recuerdo el momento del primer caso con mucha incertidumbre, nos hicimos muchas preguntas en muy poco tiempo. Había un desconocimiento absoluto de a lo que nos enfrentábamos y no sabíamos la dimensión de esta situación. Sabías que cualquier decisión iba a tener un impacto importante», apunta. «Al final, yo venía de ser anestesista y estaba en la gestión», recuerda, «las decisiones las tomábamos con el equipo, pensando en el bienestar de todo el mundo y que a veces no se entendían pero que buscaban que la gente no se muriera». «Como equipo directivo siempre te va a quedar la duda de alguna de las decisiones que has tomado ¿han sido acertadas o no?», reflexiona. «Trabajamos bajo modelos predictivos, eso ayuda mucho a saber qué va a pasar en cada momento. Por eso no nos quedamos sin camas de UCI», señala.
«No estábamos preparados psicológicamente, siguen esas secuelas, y uno de los retos es ese apoyo que debemos hacer»
«Tengo un problema, que las cosas duras se me olvidan», asegura y alaba a sus compañeros sanitarios «La Rioja tiene que estar orgullosa, es gente muy motivada, cada uno en su área». «Era una verdadera obsesión que no se contagiaran porque ellos eran quienes iban a dar soporte a la población. Creo que lo hicimos bien, siempre se podía hacer mejor, y no faltó material de forma habitual», afirma sobre aquellos epis. «Pero no estábamos preparados psicológicamente, siguen esas secuelas, y uno de los retos es ese apoyo que debemos hacer a sanitarios y no sanitarios», asegura.
«Para mí lo más duro es que me alejé de mi familia, estuve 3 o 4 meses sin verlos. La soledad del directivo, tomabas decisiones que sabía, sí o sí, iban a ser criticadas y lo más duro, y ahora tal vez no lo haría y se hizo a nivel nacional, fue el no dejar que los familiares pudieran despedirse de sus seres queridos durante la pandemia. Eso me ha dejado muy marcado. Lo sigo recordando cada día», confiesa.
