Haro llora a Carolina

La concentración de despedida a Carolina, la pequeña de 5 años hallada muerta en el hotel Los Bracos de Logroño el pasado lunes, culminó este martes por la noche una jornada de profundo dolor en la localidad jarrera, acrecentada además por el hallazgo en aguas del Ebro del cadáver de su abuela. Jarreros, jarreras y vecinos de los pueblos cercanos se unieron a partir de las 20.30 en el corazón de Haro, la plaza de la Paz, bajo un único mensaje, 'Por Carolina'. Unas 4.000 personas, según el Ayuntamiento, inundaron de pesar y lágrimas cada rincón de la emblemática plaza.

Los acordes de un contrabajo fluyeron con el aplauso, no estruendoso en esta ocasión, sino lleno de cariño para una familia rota, y para Carolina, ya un ángel más del cielo. Al acto se sumaron también la presidenta de La Rioja, Concha Andreu, y el delegado del Gobierno, José Ignacio Pérez Sáenz, que acompañaron a la alcaldesa de Haro, Laura Rivado.

No solo durante el acto de la noche, sino durante todo el día, la abundante presencia de medios de comunicación alteraba este martes lo que debía ser una jornada más en la ciudad, pero para nada lo fue. A primera hora de la mañana, el Ayuntamiento de Haro declaraba tres días de luto, mientras que en los centros educativos de San Felices, en Haro, lugar donde estaba escolarizada Carolina, y el colegio publico de San Asensio, centro donde imparte clases su padre, mostraban su cariño a la familia. «Siempre en nuestro corazón. Desde el CEIP San Felices queremos enviar nuestro más sentido pésame y apoyo a la familia de Carolina en estos momentos tan difíciles», señalaban desde el colegio jarrero, mientras que en el centro sanasensiano destacaban que «en un día tan triste, el Ayuntamiento de San Asensio, en nombre de sus vecinos y, en particular de los alumnos y los padres del Colegio Público de San Asensio, desea manifestar su más profundo pésame y ofrecer un gran abrazo a Javi, el maestro de nuestro centro, buena persona, buen padre y buen maestro. Descansa en paz, Carolina».

El CEIP de San Felices volvió a ser un centro derrotado por el dolor. Los compañeros de Carolina preguntaban por ella insistentemente y aunque nunca volverá siempre tendrá un sitio en sus corazones.