¿Habrá fiestas en los pueblos riojanos?

En Calahorra, a falta todavía de cuatro meses para la semana de sus fiestas patronales de verano, que se desarrollan del 25 al 31 de agosto, el Ayuntamiento prefiere esperar a tomar una decisión sobre si celebrará o no los festejos de este año. «Estamos a mediados de abril y todavía faltan más de cuatro meses para la última semana de agosto», precisa el concejal de Festejos, Antonio León, al tiempo que añade que «además nos encontramos en un momento de incertidumbre». «Por ello me parece conveniente esperar a que se acerquen más las fechas y ver cuál es la evolución de la pandemia para tomar una decisión», explica el titular del área de Festejos sobre las celebraciones veraniegas.

Los arnedanos ya vieron cómo las primeras fiestas del año, las de San José, volvían a suspenderse a mediados de marzo. Ya habían sido las primeras en cancelarse en el 2020 ante el primer impacto de la pandemia y, un año después, seguían el mismo camino.

Las fiestas patronales, las de San Cosme y San Damián, el calendario las deja en un 'ya veremos'. Al ser las últimas del calendario riojano, del 26 de septiembre al 2 de octubre, el Ayuntamiento todavía no ha tomado decisión alguna sobre cómo se desarrollarán y si se celebrarán. Queda por ver la influencia de la vacunación en la vida social del país. Por si pudiera celebrar algo, el Consistorio cuenta con las partidas económicas aprobadas para organizar actos.

En algo menos de un mes, los alfareños hubieran disfrutado de sus primeras fiestas del año, las de Primavera alrededor de San Isidro. Aunque no hay un anuncio de suspensión oficial, el Ayuntamiento no planea organizar nada en esas fechas ante la incidencia presente de la pandemia, más tras el último ascenso de casos.

De cara a las patronales de agosto, el Ayuntamiento confía en organizar algún acto, aunque consciente de que no serán parecidas a las de otros años. De hecho, está preparando el contrato para contar con alguna cita taurina. «Vamos a tener los actos preparados por si se pueden realizar –explica el alcalde Julián Jiménez Velilla–. De otro modo, sin concentraciones, pero habrá actividades musicales, culturales...».

El Ayuntamiento de Haro todavía no quiere manifestarse en cuanto a la celebración de sus fiestas. A principios de mayo del año pasado, el Consistorio anunciaba que mantenía sus fiestas de junio –dedicadas a San Juan, San Felices y San Pedro– «pero adaptándolas a los protocolos y circunstancias del momento», según explicaron. Ello supuso que únicamente se celebraran actos litúrgicos, actuaciones musicales y alguna infantil en las calles, principalmente, pero faltaron la tradicional Batalla del Vino y las queridas 'vueltas' en la plaza de la Paz. Más lejanas quedan las fiestas dedicadas a Nuestra Señora la Virgen de la Vega, patrona de la localidad, que se celebran en el mes de septiembre, de las que se anunció su cancelación a finales de junio.

El próximo fin de semana deberían celebrarse las fiestas de San Marcos en Torrecilla en Cameros, Albelda y Viguera, pero se han suspendido por el COVID-19. En Torrecilla «únicamente se llevarán a cabo las celebraciones religiosas tradicionales», es decir, misas el domingo con aforo limitado, las novenas y el reparto a domicilio de bollos bendecidos el lunes. Igual que en Viguera, donde el reparto de «la caridad bendecida, envasada de manera individual», se realizará el sábado a domicilio y la misa, el domingo a las 12.00 horas. En Albelda se han anunciado «una serie de actos cumpliendo con todas las medidas de seguridad», como la bendición de «bollos preñados y mascarillas» el domingo a las 12.30 horas.

Las primeras fiestas patronales del municipio corresponden a las de San Pedro Mártir de Verona, en Rincón de Olivedo, cuyo día grande es el 29 de abril. El 15 de mayo Cabretón celebra las suyas en honor a San Isidro y en Cervera también se llevan a cabo normalmente actos religiosos por este santo. En Las Ventas honran a San Pedro el 29 de junio.

La alcaldesa de Cervera, Estrella Santana, tiene claro que este año tampoco habrá actos que conlleven aglomeración de público. «Desde abril hasta septiembre se suceden los festejos y sobre la marcha se verá si se puede organizar algún evento al aire libre, en función de la situación del COVID-19 en la que esté cada vecindario», explica Santana.

Las primeras fiestas del año en Nájera, las de San Prudencio, que se debían celebrar en torno a dicha festividad el 29 de abril, están suspendidas y únicamente habrá alguna actividad virtual organizada por la Peña Juventud. Tampoco tendrán lugar los actos del primero de mayo, en recuerdo de la aclamación del rey Fernando III el Santo y que suelen formar un bloque con los festejos anteriores. En cuanto a las fiestas más populosas, las de San Juan y San Pedro, del 24 al 30 de junio y cuyo principal aliciente son las 'vueltas' que tienen lugar los días 25 y 29, aunque aún no se ha pronunciado el Ayuntamiento, por la naturaleza de dicho ritual, con el gentío apelotonado bailando, todo hace pensar en la suspensión.

El Ayuntamiento anunció el viernes la suspensión de las fiestas del Santo (10 al 15 de mayo). No se celebrarán los actos propios, pero algo habrá, con eventos culturales en teatro Avenida y la plaza de España, con un aforo del 14%. En cuanto a los actos tradicionales que organiza la cofradía del Santo, se celebrarán algunos con formato adaptado. Así, no saldrán los carneros, gaiteros ni danzadores; las doncellas serán pintadas el 25 de abril en la casa de la cofradía, sin recorrido, y la procesión del 11 de mayo se aplaza a septiembre. La procesión de las prioras y la de los Ramos se suspenden. Habrá 'vueltas del Santo', pero al tamborilero sólo le acompañarán priores y Policía Local. Se repartirá el pan del Santo, aunque no como hasta ahora.