El exceso de velocidad motiva más de la mitad de las multas con pérdida de puntos

Actualmente, 204.397 riojanos cuentan con permiso de conducción –118.994 hombres (58%) y 85.403 mujeres (42%)– una elevada proporción del censo de la comunidad –casi dos de cada tres–. La gran mayoría de ellos conservan los 12 o 15 puntos de su carné de conducir, sin embargo, son numerosas las infracciones que suponen la retirada de muchos, en ocasiones hasta el punto de llegar a cero. A más de 3.000 riojanos se les ha retirado el permiso de conducción por quedarse sin puntos desde 2006, una media de 175 por ejercicio, según datos aportados por la Delegación del Gobierno y la DGT. Precisamente, los años en los que más carnés se quedaron a cero fueron los primeros del nuevo sistema, entre el desconocimiento y cuando pocos contaban aún con los 3 puntos extra por no cometer infracciones. El récord se lo lleva 2010 , con 369 carnés retirados por este motivo. Desde entonces, hubo una bajada hasta 2016 (115) y un nuevo repunte postpandémico.

Uno de los elementos comunes es que los hombres se ven implicados en más accidentes viales y que cometen un número muy superior de infracciones de tráfico en comparación con las mujeres. Por ejemplo, de los 145 permisos retirados este año por la DGT tienen titular masculino el 88%. En periodos anteriores esa tasa es siempre superior al 90%.

Desde la implantación del permiso por puntos, es una realidad que la mayor parte de las sanciones se cometen por las infracciones más sencillas de detectar pero también las más recurrentes entre los conductores:el exceso de velocidad. Para muestra, tomando el último ejercicio completo, en 2023, el 62% de las multas que afectaron al permiso fueron por exceso de velocidad, suponiendo un 45% de los puntos totales perdidos en la región. La penalización más frecuente –prácticamente la mitad del total– es la que implica 2 puntos por superar la velocidad de la vía, por ejemplo, ir de 61 a 70 km/h en una calle limitada a 40 o entre 151 y 170 km/h en una autopista o autovía.

Beatriz Zúñiga, jefa provincial de Tráfico, señala que «muchas infracciones se detectan por los radares fijos, en los que no hay necesidad que un agente esté presente, algo que no ocurre con otras faltas, por ejemplo, con el alcohol y las drogas, ya que no hay otra forma de detectarlo que con controles», aludiendo a que se limitaría el peligroso cóctel de conducción y consumo con herramientas que detectan si alguien ha bebido antes de arrancar el vehículo, que algunas compañías de autobuses han implantado.

Y es que por detrás de la velocidad, alcohol y drogas y el uso del teléfono móvil motivan un buen número de sanciones, algo que va ligado íntimamente a la siniestralidad. «Las distracciones al volante suponen la primera causa de accidentes con víctimas, tanto en La Rioja como en España», detalla Beatriz Zúñiga, añadiendo que muchos de esos despistes se producen precisamente por manipular el teléfono o el dispositivo de navegación. «Después aparecen el consumo de alcohol y/o drogas, en ocasiones de varias sustancias, que resulta además un factor concurrente porque ese consumo conlleva distracciones, velocidades elevadas, no ponerse el cinturón de seguridad...», continúa, «mientras que la velocidad, que antes era la primera causa de siniestros, es ahora la tercera».

En cómputo de puntos retirados, los positivos en alcohol y drogas suman cerca del 20%, mientras que el uso del teléfono móvil supone uno de cada diez. Llama la atención, por ejemplo, el elevado número de multas por no utilizar el cinturón de seguridad (406 –un 4% del total– y 1.624 puntos) o por no emplear el sistema de retención infantil (148 –1,5%– y 592 puntos).

En cuanto a la valoración de las tendencias infractoras, Beatriz Zúñiga aprecia «cierta relajación, quizá al comienzo del permiso por puntos existía un mayor cuidado en ciertas cuestiones». Por ejemplo, alude a que «estamos muy pendientes del móvil y eso conlleva no mirar a la carretera, vemos también bastante consumo de alcohol y drogas especialmente en el ámbito urbano, y después de la pandemia, una tendencia a no pasar la ITV del vehículo, una problemática que se agrava además en un parque móvil cada vez más envejecido».

En los últimos años la normativa se ha endurecido, incrementando la penalización de algunas faltas:usar el teléfono móvil, arrojar a la vía objetos que pueden causar incendios, adelantar de forma peligrosa a ciclistas, no utilizar cinturón o elementos de retención infantil... «Lo importante es que no es cuestión de cumplir las normas para evitar multas o pérdida de puntos, sino concienciar hacia un respeto mutuo en la carretera para salvar vidas y rebajar el número de accidentes con víctimas mortales y graves», concluye la jefa provincial de Tráfico.