Eduardo Pérez Hoces | Presidente de ARAG-Asaja
«Este año ha de ser el último de la vendimia en verde y en 2026 debe llegar el arranque»El líder de la mayor organización agraria alerta del problema que puede generar el mildiu e insiste a Agroseguro para que cubra los daños que genera este hongo
Eduardo Pérez Hoces (Arenzana de Arriba, 36 años) preside la mayor organización profesional agraria de La Rioja con cerca de 3.000 afiliados y el ... 50% de la representación sindical. En las últimas elecciones al Consejo Regulador, su liderazgo en la rama productora ha perdido algo de peso «porque en ARAG-Asaja tratamos de buscar acuerdos que sean buenos para los agricultores y a veces no se entienden bien. Nosotros no hacemos populismo ni demagogia, nos dedicamos a trabajar».
– El Consejo Regulador acaba de celebrar su principal acto del centenario de la DOCa Rioja. Pero ¿está el sector del vino para festejos y ceremonias?
– El sector, en concreto el eslabón más débil de la cadena como son los viticultores, no está para celebraciones porque la situación es muy complicada. Llevamos cinco años con una rentabilidad a la baja y los ahorros no son eternos. Hay gente, sobre todo jóvenes, que empieza a dejar la actividad y esto sí es un verdadero problema. Falta relevo generacional y la media de edad en el campo ronda ya los 60 años. Hay que aprovechar este aniversario para dar a conocer la marca Rioja en España pero sobre todo en los mercados internacionales, los actos deben ser la mejor herramienta de promoción, prestigio y calidad, con el fin último de vender más vino.
– En las elecciones celebradas recientemente ARAG-Asaja se mantiene como la organización profesional agraria mayoritaria en el sector productor pero pierde siete votos en un total de 100, pasando de 34 a 27, y un vocal. ¿Por qué esta caída?
– Uno de los factores es que cada vez las explotaciones están más concentradas porque muchos viticultores están abandonando. Por otra parte, en ARAG-Asaja no hacemos demagogia ni populismo, como otras organizaciones, somos realistas y trabajamos para buscar acuerdos y medidas que redunden de manera positiva en la rentabilidad del agricultor. Y a veces esas propuestas no son entendidas porque son complicadas pero creemos que necesarias.
– Alude a otras organizaciones. Quizá se refiere a UAGR, que ha sido más beligerante que ustedes. ¿Le ha podido pasar factura a Asaja esa mayor complacencia con el 'establishment' del Consejo o las movilizaciones de los 'chalecos amarillos' el año pasado?
– Repito que nosotros no somos demagogos ni populistas, representamos a más de 2.000 viticultores, antes unos 2.500, y en Navidad, a diferencia de otros, nos pusimos a trabajar para sacar adelante los presupuestos del Consejo. Planteamos 25 medidas, entre ellas que este año el viticultor va a aportar menos que nunca al Consejo; que las aportaciones económicas de los tres gobiernos –de La Rioja, País Vasco y Navarra, por donde se extiende la DOC– por el centenario permitan que el viticultor no tenga que hacer un esfuerzo 'extra'; el 'sí' al arranque del viñedo en Rioja; y también pedimos que las bodegas paguen la uva como se merece porque muchas de ellas logran beneficios históricos en su cuenta de resultados pero eso no se ve reflejado a la hora de pagar al viticultor.
«Los viticultores no estamos para festejar nada, van cinco años ya con la rentabilidad a la baja»
«Las ayudas a la destilación, al almacenamiento o a la cosecha en verde son parches»
«El campo no funciona de siete de la mañana a tres de la tarde, aquí se depende del tiempo»
– ¿Ha podido influir en la pérdida de votos de ARAG-Asaja el hecho de que para las elecciones de este año no se hayan tenido en cuenta unas 2.000 hectáreas que antes correspondían a sociedades de bodegas?
– Correspondían a bodegas grandes y también pequeñas, por matizar. No solo hablamos de grupos empresariales, también de viticultores, de cosecheros, que este año no han participado en las elecciones. Pero bueno, nosotros acordamos un cambio en los estatutos y aunque haya alguna organización que diga que hay que votar en la urna, esto no es así, no es una persona un voto. Esto es una interprofesional y se funciona por criterios económicos, por litros en el caso de la rama comercializadora y por hectáreas en la productora. ARAG-Asaja estuvo en los orígenes de la Interprofesional del Vino de Rioja y con buen criterio estuvo a favor de abrir las puertas a otras organizaciones.
– ¿Ya están plenamente convencidos de que hay que arrancar viñedo en la DOCa Rioja?
– Queremos recuperar de una vez por todas el equilibrio entre la oferta y la demanda. Ahora somos capaces de vender 240 millones de litros pero tenemos un potencial de producción de unos 300. Hay que reducir esos 60 millones. ¿Cómo? Vender más es difícil, es ya un problema estructural más que coyuntural. El consumo ha caído por diferentes motivos y tenemos que amoldarnos. Las ayudas a la destilación, al almacenamiento de vino, a la cosecha en verde, son parches, pero el problema tenemos que erradicarlo porque el viticultor ya no aguanta más.
– ¿Y hasta cuándo es sostenible este negocio si se mantiene con dinero público? Porque este año las peticiones de ayudas para la cosecha en verde se elevan a los 24 millones de euros.
– Queremos que este año sea el último de la cosecha en verde y que el arranque de viñedo llegue en 2026, para que la gente que quiere dejar la actividad se vaya de manera digna.
Ayudas para el arranque
– ¿Cómo debiera ser ese arranque? ¿Con qué criterios?
– Lo más importante es que vengan fondos de Europa y que luego el Ministerio y las diferentes comunidades también colaboren. Estos próximos meses son claves para establecer cómo debe ser el arranque de viñedo en 2026. Hay que proteger el viñedo viejo y dar prioridad a quien quiera salir del sector.
– El mildiu amenaza una cosecha que ya se preveía corta. ¿Cuál es el grado de preocupación entre los viticultores?
– Es alto porque con las lluvias, la humedad y el calor, se propicia que salga el hongo, que aún mermará más la producción. Se nos van a elevar los costes para tratar el mildiu y por eso volvemos a pedir a Agroseguro, como llevamos haciendo desde hace una década, que entre en la cobertura del seguro agrario. Es una enfermedad que surge no por mala práctica del viticultor sino por la meteorología adversa como sucede con la helada, el pedrisco, el viento...
– Este año lluvioso sí ha sido bueno para el cereal, pero ahora el problema se sitúa en un mercado que paga bajos precios. ¿Qué se puede hacer?
– Parece mentira que en un año que puede ser histórico en cuanto a producción, la rentabilidad vaya a ser inferior que en un año de escasez. Y el principal factor es el bajo precio que se paga por la tonelada de cereal, ahora mismo inferior a 200 euros. En cambio, suben los costes de producción, las semillas, el gasoil, los fitosanitarios, los fertilizantes... Además, se debe paralizar la entrada masiva de cereal procedente de Ucrania porque antes de empezar a cosechar en España los puertos ya están llenos de cereal extranjero. Eso tira por el suelo nuestros precios. No sé si con esto se busca que los campos se llenen de chatarra, de placas solares... Luego nos echaremos las manos a la cabeza si no hay cerealistas que desbrozan los campos y llegan los incendios.
«Puede ser un año histórico en producción de cereal pero menos rentable que si hay escasez»
«Tirando por el suelo nuestro producto no sé si buscan llenar los campos de chatarra y de placas solares»
– Viñedo y cereal acaparan el protagonismo en el sector primario riojano, por encima de otros cultivos como champiñón y sobre todo frutales y hortalizas o incluso ganado. ¿No sería deseable un mayor equilibrio?
– La situación en general es difícil. En el tema de las frutas y hortalizas el fuego bacteriano está haciendo mucho daño, atacando perales y ciertas variedades de manzanos, lo que está obligando a arrancar fincas enteras porque la infección es tan fuerte que no se puede erradicar ni controlar. Y en el tema de la ganadería hemos conseguido sacar al lobo del listado de especies en régimen de protección especial pero el problema no se va a solucionar de un día para otro. Nosotros estamos a favor de que exista este animal, pero de forma controlada. No puede ser que haya ataques continuos.
– ¿Hay suficiente personal en las explotaciones agrícolas y ganaderas de La Rioja?
– Falta mano de obra, sobre todo especializada. Tenemos tensiones muchas veces por no poder contar con los temporeros necesarios. Para nosotros el fenómeno migratorio es relevante. Hace falta gente que quiera trabajar.
– De momento con jornadas de ocho horas. Pero si se aplica la reducción a 37,5 horas semanales, ¿cómo puede afectar al sector primario? El campo ya ha alzado la voz contra la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
– El campo no funciona de siete de la mañana a tres de la tarde. Aquí dependemos de la meteorología y hay días que ni siquiera puedes salir a trabajar. Muchas explotaciones con personal fijo tendrán que buscar más operarios, cuando no los hay de un perfil cualificado, y esto es otro coste añadido. Creo que aquí no se ha tenido en cuenta la peculiaridad de nuestro sector.
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