Doce tragedias que marcaron 2024 en las carreteras riojanas

Faltaban cinco minutos para las seis de la madrugada del 9 de febrero cuando la furgoneta Renault Trafic conducida por Artur Miguel Adao Pereira chocaba de manera frontal con un autobús escolar de la empresa Jiménez, que iba vacío, en el kilómetro 382 de la N-232. Este ciudadano portugués, vecino de Cenicero, fallecía en el acto como consecuencia del brutal impacto. El otro chófer resultó herido.

Un hombre de 79 años falleció el 15 de febrero, cerca de las tres de la tarde, tras caer el todoterreno que conducía por un terraplén, en un camino en las inmediaciones de San Millán de la Cogolla, municipio del que era vecino. El hombre conducía el vehículo en el que también viajaba su hijo, de 44 años, que resultó herido pero no de gravedad. Según fuentes oficiales el fallecido no llevaba puesto aquel día el cinturón de seguridad.

Una mujer de 71 años falleció en el acto el 21 de febrero en un aparatoso accidente en el casco urbano de Calahorra. El vehículo en el que viajaba como copiloto con su marido chocó contra la parte trasera de un camión que circulaba por la avenida de Numancia, cerca del campo de fútbol de La Planilla. El hombre resultó herido y fue trasladado al hospital de Calahorra.

Un hombre de 79 años y vecino de El Villar de Arnedo fue atropellado por un camión en el camino de La Grajera de Pradejón el 15 de marzo. El suceso tuvo lugar sobre las 7.00 horas de ese día y el hombre sufrió heridas graves, por lo que tuvo que ser trasladado a Vitoria, donde fallecería unas horas después.

Una mujer de 61 años, vecina de Anguiano, falleció el 20 de abril en un accidente de tráfico ocurrido en el punto kilométrico 59 de la LR-113, que en el momento del suceso se encontraba en obras. Es el tramo conocido como 'la recta de Baños', que pertenece al término municipal de Camprovín. El siniestro se produjo sobre las 13.10 horas, cuando un Seat Ibiza negro en el que viajaba solo la conductora, se salió de la vía por el carril derecho y, tras un giro brusco, acabó volcado en el izquierdo.

Una mujer de 69 años muere y un hombre resulta herido de gravedad en un accidente de tráfico en la autopista AP-68, entre las localidades de Cenicero y Fuenmayor, en el término municipal de la segunda. El suceso ocurrió a mediodía por salida de vía del vehículo en el que viajaban, en el kilómetro 115, a la altura de la empresa Berberana.

Un niño de tres años fallece en un accidente ocurrido por choque frontal en la localidad de Foncea alrededor de las 16.00 horas. El siniestro se produjo en la N-232, en el punto kilométrico 467. En el suceso también resultaron heridas de gravedad cinco personas.

Un motorista falleció el 8 de mayo tras sufrir un accidente junto a la nueva estación de autobús de Logroño, en la rotonda de Miguel Delibes. El motorista, de 50 años, quedó atrapado bajo el chasis de un vehículo interurbano que lo arrolló.

El viernes 2 de agosto un peatón resultó atropellado por una furgoneta en la carretera N-111, en el término municipal de Albelda de Iregua. La víctima, de 59 años, caminaba por la carretera sobre las 18.30 horas cuando fue arrollado. El golpe acabó con su vida de forma instantánea.

Un hombre murió en la noche del 11 de agosto en Fuenmayor después de atropellar a una mujer y chocar contra un vehículo estacionado. El accidente ocurrió en un paso de cebra de la calle Víctor Romanos de Fuenmayor sobre las 22.26 horas, cuando un motorista vecino de la localidad, de 65 años, atropelló a un peatón que cruzaba la calzada, una mujer de 44 también vecina del municipio.

Un hombre ha resultado fallecido en la mañana de este sábado tras sufrir un accidente el camión en el que viajaba. El suceso ha tenido lugar poco antes de las 10.00 horas, cuando el vehículo se ha salido de la vía a su paso por el punto kilómetrico 116 de la A-12 (Autovía del Camino, dirección Burgos), dentro del término municipal de Azofra y ha caído junto a un pequeño puente.

Un joven de 32 años falleció atropellado por su propio vehículo en la calle Joaquín Michel de Murillo de Río Leza. La víctima, que estaba acompañado por su hermano y un amigo, estacionó el vehículo sin el freno de mano y, al percatarse de la situación, trató de impedir que el coche se desplazase pendiente abajo, pero la inercia del vehículo provocó el mortal atropello.