Decenas de ganaderos reclaman en el Parlamento medidas de control del lobo
Andreu dice que «se puede convivir con el lobo» ante las quejas de los afectados, que vaticinan el fin de la ganadería extensiva
El lobo ha merodeado este miércoles por los alrededores del convento de La Merced. El Parlamento vivió un pleno de alto voltaje ya desde su prólogo, con la manifestación en la puerta de decenas de personas que clamaban por el control poblacional del lobo en la sierra y por la defensa de la ganaderia extensiva. Se situaron detrás de una pancarta en la que se leía: «Costes de producción + lobo + administración. Ganadería en extinción». A su llegada al pleno, la presidenta del Gobierno, Concha Andreu, y los consejeros de Agricultura, Eva Hita, y de Sostenibilidad, Álex Dorado, accedieron a departir con ellos durante unos minutos. Con los ánimos muy caldeados, pero sin perder las formas, los ganaderos se quejaron por la situación agónica de su oficio, acechado por el lobo y por otros depredadores que no salen en los documentales, como el coste cada vez más elevado de las materias primas y el impacto de las medidas sanitarias contra la tuberculosis.
Ante el aluvión de críticas, la presidenta Andreu reconoció que su Gobierno apostaba por la protección del lobo y manifestó su convicción de que se podía convivir con él. «Hablando con vosotros estamos viendo que no se ha solucionado el problema y que tenemos que reforzar nuestras medidas», concedió. Sus razones no acabaron de convencer a los manifestantes, quejosos de unas políticas públicas que, a su entender, privilegiaban al lobo sobre la ganadería. «A todo el mundo le gusta la ganadería extensiva, pero así es imposible. Las ovejas no pueden estar libres en el campo porque hay un depredador que se las está comiendo», defendía María José González, ganadera de Laguna que decidió vender su rebaño a un colega de Guadalajara tras perder 65 ovejas por ataques de lobos. González señaló que, de seguir así, la extinción del oficio en La Rioja era cuestión de tiempo: «Cómo se va a incorporar algún ganadero. Es imposible, yo esto no se lo deseo a ningún chaval de veinte años ni de treinta».
Tensión en el pleno
La tensión se trasladó al pleno, que, no obstante, comenzó con la aprobación por unanimidad de una resolución de condena de los incidentes vandálicos registrados el pasado viernes en el Alto Najerilla, con corte de carreteras y pintadas insultantes contra el Gobierno y el consejero de Sostenibilidad.
Poco duró la calma. En primer lugar, la presidenta Andreu defendió la creación del parque natural de las Siete Villas por entender que eso iba a traer no solo una mayor protección ambiental, sino más turismo y nuevas fuentes de riqueza para los habitantes del lugar. Apostilló, además, que será compatible con el desarrollo de la ganadería extensiva, como sucede con los demás parques naturales.
El debate parlamentario se calentó especialmente cuando la diputada del PP Noemí Manzanos reclamó al consejero Dorado la aplicación del artículo 61 de la Ley de Patrimonio Natural, que autoriza a emprender tareas de control poblacional del lobo si se producen daños contra la ganadería. Manzanos aseguró que el lobo, lejos de ser una especie amenazada, está en expansión en toda la sierra, con presencia en 47 municipios. La diputada popular censuró que La Rioja haya sido la única comunidad autónoma con presencia evidente del lobo que votó en contra de su control. «¿Cuántos más animales tiene que morir y cuántos más ganaderos deben dejarlo para ustedes hagan algo? Este es el verdadero drama», exclamó.
«La ganadería extensiva así es imposible. Las ovejas no pueden estar libres en el campo porque un depredador se las come»
María José González | Ganadera
«Se puede convivir con el lobo. Como vemos que no se ha solucionado el problema, reforzaremos nuestras medidas»
Concha Andreu | Presidenta de La Rioja
El consejero de Medio Ambiente replicó con datos del año 2019, cuando el lobo, cuya caza estaba entonces permitida, había matado un 40% más de cabezas de ganado. El grueso de su intervención lo dedicó no obstante a criticar al Partido Popular por su renuencia a condenar los actos vandálicos del pasado viernes «más allá de la declaración institucional» y emplazó a sus dirigentes a expulsar del partido a los alcaldes de Viniegra de Abajo, Viniegra de Arriba y Ventrosa por «justificar» esos ataques. «¿Señor Bretón, señor Doninguez, señor Cuevas, en sus proyectos caben la violencia, el insulto y la homofobia?», les preguntó.
La temperatura aún subió un par de grados más al final de la mañana. Se discutía sobre la atención a los refugiados cuando el diputado del PP Alberto Bretón aprovechó su intervención para defender a los alcaldes de su partido en las Siete Villas y reprocharle al consejero Dorado su beligerancia: «Esos alcaldes sí tienen mérito político porque han sido elegidos por la ciudadanía, mucho más que el suyo, que solo está ahí por haber sido escogido por la presidenta». El responsable de Medio Ambiente pidió de nuevo la palabra, por alusiones, para afear al PP que estuviera dando cobertura a gente que justifica la violencia. «Me parece intolerable que una persona que pretende dirigir un partido que se dice democrático acoja así a la homofobia. Ustedes están perdiendo las coordenadas democráticas», les reprochó. En ese momento, el presidente del Partido Popular, José Ignacio Ceniceros, pidió la palabra y subió al atril, visiblemente enfadado, para defender a unos alcaldes «que nunca han estado al lado de los que han hecho esto y que lo único que hacen es defender a sus pueblos; son ustedes los que han preferido no dialogar», concluyó. La polémica no finalizó en sede parlamentaria, sino que continuó en las redes sociales, al criticar varios diputados socialistas un gesto de la diputada Manzanos (PP), en el que parecía enjugarse las lágrimas mientras el consejero Dorado hablaba en la tribuna.
Contra la venta de libros en los centros concertados
El pleno del Parlamento aprobó una Proposición No de Ley de IU para pedir a Consumo que vigile los incumplimientos que pudiesen darse del artículo 8 de la Ley de Competencia Desleal, en lo referente a la venta de libros en centros educativos concertados. Para Henar Moreno estos centros «deben dedicarse a ser colegios y no librerías», que es una de las quejas que «llevan años haciendo los libreros de la comunidad». Tanto Pérez Ligero (PP) como Belinda León (Cs) consideraron la medida un nuevo «ataque a la concertada», ya que –aseguran– los colegios solo facilitan un servicio a los padres. Para la socialista Villuendas, sin embargo, la iniciativa busca ser «empática con el sector de los libreros».