El debate del glifosato
Organizaciones agrarias y ecologistas mantienen posiciones encontradas sobre el uso del herbicida
Es un debate abierto. Europa debe decidir en las próximas fechas si prolonga la autorización para el uso del glifosato en las explotaciones agrarias, pero parece que no existe un consenso al respecto.
El glifosato es un herbicida utilizado para la eliminación de hierbas y arbustos y la autorización para su uso en la Unión Europea expira en diciembre. Por lo tanto, antes de esa fecha se debe tomar una decisión sobre si se amplía o no ese permiso. Actualmente, el asunto está en manos del Comité Permanente sobre Plantas, Animales y Piensos de la Comisión Europea y se espera que en noviembre se pueda llegar a un acuerdo.
Esther Herranz: «No hay evidencias científicas»
La eurodiputada del PP Esther Herranz está a favor de que se prorrogue la autorización del uso del glifosato. «No hay ninguna razón para que se prohíba», señala la eurodiputada del Partido Popular.
Herranz recuerda que el glifosato es un herbicida que se ha utilizado «desde siempre» y que cuenta con una relación calidad-precio «excepcional». Además, considera que los agricultores hacen un uso responsable de este producto, comercializado por Monsanto. «Es una empresa que se dedica a temas de investigación y desarrollo de organismos genéticamente desarrollados, además de a la agricultura y la farmacia, y no gusta a los ecologistas», explica la eurodiputada.
Ahí radica una de las claves de este asunto, según Herranz. «Lo que se está produciendo es una presión por parte de los grupos ecologistas en contra de Monsanto con el pretexto del glifosato para que se evite la prórroga de su utilización», expone la eurodiputada, quien, por el contrario, opina que no existe ninguna evidencia científica que obligue a retirar este producto del mercado. «Porque utilizado de manera correcta no es peligroso», remata.
También se recuerda que el Parlamento Europeo aprobó en abril del 2016 una resolución no vinculante en la que se instaba a la Comisión Europea a aprobar el uso profesional del glifosato durante otros siete años, aunque el Partido Popular fue partidario de que fuera por quince. Ahora queda tomar la resolución final y Herranz se muestra clara al respecto:«La prohibición del glifosato dañaría sobre todo al sur por sus condiciones metereológicas», afirma. «Si los productores del sur ya tienen problemas para competir con países terceros, tendrían muchos más y esa decisión serviría para ponerles muchas más piedras en el camino», continúa. «Por toda esas razones, y porque la EFSA ha dicho que es segura su utilización, no encuentro ningún motivo para que se prohíba el uso del glifosato», reitera Herranz para finalizar su reflexión.
Sobre este asunto han existido numerosos puntos de vista y la mayoría enfrentados. Cada uno tiene sus argumentos a favor y en contra de su uso. En La Rioja también existe ese debate y mientras que las organizaciones agrarias aprueban su uso, los grupos ecologistas lo rechazan.
Igor Fonseca recuerda que el glifosato ha sido utilizado por miles de agricultores de toda Europa desde hace cuarenta años. «Juega un papel fundamental en el control de las malas hierbas», apunta el responsable de los Servicios Técnicos de ARAG-ASAJA, quien añade:«Se ha sometido a numerosos estudios y ningún estamento científico ha detectado problemas ni para el medio ambiente ni para la salud».
Por esa razón, Fonseca cree esencial que cualquier decisión que se tome al respecto esté avalada por razones cientificas. «Los agricultores somos los primeros interesados en que exista una protección para la salud, pero si no hay datos que dicen lo contrario, no existe justificación para no prolongar la autorización del uso del glifosato», concluye.
En la misma línea se pronuncia Óscar Salazar, presidente de la UAGR. «Cuando se habla de cualquier producto fitosanitario hay que hacerlo con precisión y los agricultores estamos concienciados de su uso y los utilizamos con cautela y con precaución», expone. «Ojalá pudieramos trabajar sin productos fitosanitarios, pero es imposible», añade.
Salazar recuerda ,además, que actualmente no existe ninguna alternativa al uso de estos productos y afirma, como Fonseca, que «si las organizaciones científicas a nivel europeo han determinado que el glifosato no es nocivo para la salud, no hay razón para prohibirlo».
En lado opuesto se encuentran organizaciones como Amigos de La Tierra, desde donde se recoge la existencia de un estudio del Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer, perteneciente a la Organización Mundial de la Salud, que considera al glifosato como «probable cancerígeno». Ante este estudio, Juan Donaire se muestra claro: «Es muy grave y pensamos que es necesario retirarlo del mercado y buscar otras alternativas, como está diciendo el gobierno francés», indica. «Consideramos que no se debe permitir su uso», apostilla.
Donaire, además, afirma que el uso de estos herbicidas está relacionado con la desaparición de la fauna en el campo y considera que existen alternativas a su utilización. «Se puede desde mantener la cubierta vegetal o labrar hasta servirse de máquinas para quitar la hierba», enumera.
Desde UPA-UGT, por el contrario, se defiende que el glifosato «no tiene alternativa en el mercado». Desde la organización se afirma que «no hay razones científicas, sino intereses ideológicos y políticos, para querer quitar a los agricultores esta herramienta». Además, su secretario general en La Rioja, Tomás Latasa, se muestra tajante al respecto. «Es la única solución eficaz para luchar contra los herbicidas», concluye.