El puro absurdo del golem totalitario
Gacetilla de un tipo confinado (XIII) ·
'La acusación' contiene siete relatos de Bandi, un escritor confinado, sobre la vida cotidiana en Corea del Norte en los años noventa
Han Kyeong-hui vive en Pyongyang (Corea del Norte), tiene treinta y cinco años y fama de ser una mujer valiente. Su hijo apenas cuenta con 24 meses y se muere de miedo ante el Obi, un golem de la mitología coreana. Los dos ocupan junto a su marido un apartamento en una casa que se orienta hacia el sur y hacia el oeste. «Desde una de las ventanas se divisaba el retrato de Karl Marx encaramado sobre el muro del edificio del Ministerio de Defensa, y desde la otra, el retrato de Kim Il-sung, colgado detrás del estrado instalado en la plaza». El bebé se llama Myeong-sik, está convencido de que el Obi es Karl Marx y cada vez que le asalta la omnipresente imagen del autor de 'El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte' (entre otras obras) llora aterrorizado porque lo confunde con el Obi, una especie de hombre del saco oriental muy asimilable al coco y al sacamantecas hispánico.
Mis ventanas están orientadas al sur y al norte. La primera de ellas me ofrece la visión de un parque sencillo y verde y desde la que escribo la luz rebota en un edificio de piedra caliza repleto de ventanas a través de las que en ocasiones me cuelo en la intimidad de vecinos a los que no conozco. Y vivo en Logroño, sin temor al Obi, pero con los mismos miedos que nos atenazan a todos y a cada uno de nosotros en estas semanas de vida comprimida.
«La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa»
Marx comenzó 'El dieciocho Brumario' con una frase profética: «La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa». Y el apocalipsis marxiano se ha cumplido en sus dos acepciones, la falsaria y la trágica.
La historia de Han Kyeong-hui la descubrí el año pasado en el libro 'La acusación', un manuscrito obra de un autor refugiado bajo el seudónimo (luciérnaga) que contiene siete relatos estremecedores sobre un país confinado por completo. De Bandi apenas se conoce que nació en 1950 y que lo único que podía hacer para escapar de los mecanismos del régimen era escribir. «Han Kyeong-hui corría las cortinas pero los perfiles de las cabezas se insinuaban a través de la tela, aterrorizando todavía más al niño». Puso cortinas opacas para proteger al niño y fue denunciada porque «podía ser un código para comunicarse con alguien».
El puro absurdo. De la tragedia a la farsa. ¿Valoramos cómo se merece nuestra libertad?
