Bendito pabellón con sus aseos y bendita la bolsa de trabajo
Conchi del Rey recueda que «aún algunos desaprensivos que tratan de engañar a esta pobre gente, intentando subcontratarlos por unos pocos euros»
En los últimos años, las condiciones para estas personas que llegan hasta Nájera en busca de un dinero, que al menos les sirva para ir tirando y poder pagarse el transporte hasta otra zona donde seguir su peregrinaje buscándose la vida como buenamente pueden, ha mejorado algo. El alquiler de un pabellón amplio al que se le dota de unas cabinas con sus aseos y duchas, evita que estas personas se vean obligadas a dormir a la intemperie.
Además, desde Cáritas se ocupan de abrir una bolsa de trabajo a la que los viticultores pueden acudir a buscar la mano de obra para realizar la vendimia de sus viñedos. Todo ello no quita para que, como recuerda Conchi del Rey, «aún algunos desaprensivos que tratan de engañar a esta pobre gente, intentando subcontratarlos por unos pocos euros».
