Los extraños compañeros de cama
El PP mandó en Villanueva pese a la mayoría de Cs, permitió la alcaldía del PR+ en minoría en San Román y pactó con PSOE en Viguera
La política hace extraños compañeros de cama, dijo Manuel Fraga según unos y Winston Churchill según otros. Que se lo digan a Pilar Cristóbal, exalcaldesa de San Román de Cameros con el PR+ que en la anterior legislatura gobernó en minoría primero con el apoyo del PSOE y después con el del PP ... . El motivo, a grandes rasgos, es que muchos de los demás concejales electos eran candidatos 'paracaidistas', es decir, de relleno y que solo pisaron el pueblo para recoger el acta de edil, no asistieron a ningún otro pleno. Pilar Cristóbal, única concejala del PR+ frente a los ediles socialistas y populares, era vecina de la aldea Vadillos, así como sus últimos compañeros de equipo de gobierno, Javier Lasanta y Ángel Velasco (PP). «Hasta el momento, los concejales del PP y yo vamos todos a una porque miramos para nuestro pueblo y nuestra sierra. En estos pueblos pequeños no tendría que haber partidos políticos, solo personas que queremos el bien para nuestro municipio», declaró entonces Cristóbal.
Algo parecido al caso de Rodezno ocurrió en Villanueva de Cameros en 2022, cuando la muerte de José Manuel Barrón dejó en minoría a Juan Carlos Gutiérrez (PP) frente a dos ediles de Cs. «Esto es un pueblo pequeño y los partidos no se tienen tanto en cuenta, nosotros no somos ni afiliados, queda un año y no puede haber un cambio brusco, lo que buscamos es el bien del pueblo, para eso me presenté, porque no vivimos de la política, al revés, perdemos dinero», expuso Diego Pulgar, entonces de Cs y ahora del PP.
Extraño fue en 2019 el acuerdo entre PP y PSOE en Viguera para desbancar al más votado, Somos Viguera. Heterodoxa la moción de censura de dos concejales del PP sobre su propio alcalde popular José Antonio Garós en Almarza en 2021. Y quizá el caso más rocambolesco fue el que otorgó la alcaldía a Alberto Peso (PP) en Fuenmayor en 2016, con el apoyo de IU, que se lo arrebató al socialista Eduardo Abascal. «Puede parecer extraño pero para gobernar un pueblo no hace falta mirar mucho la política, hay que bajar un escalón cada uno y, así, es muy fácil llegar a un acuerdo. En un pueblo», remarcó entonces Alberto Peso
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