El agro riojano busca músculo para encarar el desafío de la sostenibilidad y la digitalización

Avanzar requiere en ocasiones detenerse por un momento. Embridar las urgencias que agitan el día a día y ganar tiempo a los tiempos para madurar una reflexión que guíe el camino. Una puesta en común sobre qué ha pasado, cuál es el momento actual y, sobre todo, hacia dónde deben dirigirse los próximos pasos con un doble objetivo: no repetir errores y anticiparse a las tendencias que gobiernan el entorno.

En ese marco y con tal fin, Diario LA RIOJA congregó ayer a un puñado de protagonistas de un sector medular en la economía regional como es la agricultura y la ganadería en una mesa de redacción moderada por el jefe de Opinión, Toño del Río. Desde ángulos tan diversos y complementarios como el académico, el financiero y el más apegado al campo, los invitados aportaron sus particulares perspectivas en las que se replicó un mismo concepto: sostenibilidad. «Los hábitos del consumidor están cambiando hacia productos más sostenibles, de calidad y saludables», puso de manifiesto el director del segmento pymes DT Norte de BBVA, José María Fernández. Un diagnóstico compartido por sus compañeros de charla, aunque con distintas notas a pie de página. «La nueva PAC introduce ecoesquemas para fijar los criterios de ayuda», recordó el ingeniero agrónomo y profesor de la UR, Alberto Tascón. «Está por ver cuáles serán los requisitos de esas prácticas pero, a falta de concretar ese escenario, la sostenibilidad es una de las líneas de futuro clarísimas», argumentó señalando la agricultura ecológica como una de esas vertientes, aunque no la única ni con carácter excluyente. Un modo de producción al que un bodeguero histórico como Florentino Martínez se mostró favorable «pero sin exageraciones ni imposiciones», tratando de implementar técnicas y tratamientos afines con el medio ambiente que, como precisó Tascón, deben ajustarse a las diferentes casuística y especificidades. «Hay que buscar un equilibrio; no cabe el café para todos ni soluciones globales», abundó al respecto. «Todo depende de cada cultivo, y dentro de cada uno de ellos, afinar en función de las zonas, el tipo de plagas o enfermedades, incluso distinguir las plantas de cada parcela», indicó como prólogo para introducir en el debate otro de los retos inminentes del sector: la agricultura 4.0. Una sistematización «inteligente» de datos e información capturados a tiempo real en el campo para optimizar el resultado final, tratando así de mejorar el rendimiento y responder a las demandas de los nuevos perfiles de consumidores. Esa es también otra de las líneas estratégicas en las que BBVA trata de acompañar a los agentes del ramo, como subrayó Javier Miguel Pastor en calidad de especialista agrario de la entidad. «El agricultor y el ganadero riojanos cada vez están más involucrados en esa transición», confirmó.

La rentabilidad fue otra de las variables compartidas en el discurso de los analistas reunidos por Diario LA RIOJA. «No son pocos los jóvenes que están dispuestos a trabajar en el campo y su formación es cada vez más amplia, pero para dar el paso es necesario que atisben un futuro que muchas veces es incierto», opinó Tascón. En sintonía con esa reflexión, Fernández señaló el «vaivén» de los precios como uno de los principales escollos para el ansiado rejuvenecimiento del sector. «La incertidumbre nunca es una aliada para los proyectos de futuro», apostilló el representante de BBVA para abordar otra noción indisociable al debate como el de la 'España Vacía' y la despoblación. «Las limitaciones siguen siendo enormes para que las nuevas generaciones tomen la iniciativa y vean que es posible quedarse con sus propios recursos», relató Florentino Martínez.

Tascón demandó aquí el reconocimiento de la figura del agricultor y la obligación no solo de valorar socialmente su esfuerzo, sino de alentarlo vía PAC y unos precios justos para su producción. «Si el sector declina estaremos en manos de otros países, y ya se ha visto con la pandemia cuál es el resultado incierto de esa dependencia», alertó.

Avanzar hacia un desarrollo sostenible y eficiente, la digitalización y la mejora de la calidad para competir en mercados cercanos y aupar la salida al exterior. Así resume el afán de BBVA su director del segmento pymes DT Norte, José María Fernández, quien destaca la sostenibilidad como pilar básico en cualquier operación de apoyo financiero. «Es el factor que más se prima de los proyectos», recalca. «En la ecuación, pesa más la eficiencia que los números», insiste ejemplificando esa voluntad en actuaciones encaminadas desde al ahorro de agua, hasta la implementación de energías renovables o la adquisición de vehículos eléctricos en explotaciones que miran más por la continuidad en el tiempo que al presente fugaz. Fernández resalta como llave para la transformación del sector oportunidades como el Plan de Recuperación y Resiliencia presentado por el Gobierno a Bruselas, con más de 1.000 millones para el agro destinados a los mismos objetivos que secunda BBVA. «Mantener el valor añadido es apoyar la continuidad de nuestros pueblos», dice desde la entidad que, de la mano de los hermanos Roca, premia anualmente a los productores locales más implicados en la sostenibilidad. logroño. Avanzar hacia un desarrollo sostenible y eficiente, la digitalización y la mejora de la calidad para competir en mercados cercanos y aupar la salida al exterior. Así resume el afán de BBVA su director del segmento pymes DT Norte, José María Fernández, quien destaca la sostenibilidad como pilar básico en cualquier operación de apoyo financiero. «Es el factor que más se prima de los proyectos», recalca. «En la ecuación, pesa más la eficiencia que los números», insiste ejemplificando esa voluntad en actuaciones encaminadas desde al ahorro de agua, hasta la implementación de energías renovables o la adquisición de vehículos eléctricos en explotaciones que miran más por la continuidad en el tiempo que al presente fugaz. Fernández resalta como llave para la transformación del sector oportunidades como el Plan de Recuperación y Resiliencia presentado por el Gobierno a Bruselas, con más de 1.000 millones para el agro destinados a los mismos objetivos que secunda BBVA. «Mantener el valor añadido es apoyar la continuidad de nuestros pueblos», dice desde la entidad que, de la mano de los hermanos Roca, premia anualmente a los productores locales más implicados en la sostenibilidad.

El análisis de los expertos coincide en lo ambicioso de los desafíos a los que se enfrenta la agricultura y la ganadería, pero también en su robustez en una coyuntura en que la pandemia ha hecho mella en la economía. «El sector está demostrando gran fuerza y es el que está tirando del resto», asevera el especialista agrario en la zona Norte de BBVA dentro del segmento de pymes, Javier Miguel Pastor, confirmando que el crecimiento del ramo tanto en el conjunto del país como en La Rioja prácticamente duplica el del resto con los que opera la entidad. En ese contexto y en un marco de transición, la digitalización en el funcionamiento de las diferentes explotaciones hacia una agricultura 4.0 se presenta como otra de las palancas de cambio fundamental y con las que BBVA se muestra comprometida. Y todo ello, con herramientas y financiación adaptadas a cada caso, con análisis específicos en función de las singularidades, y con la formación cada vez más consolidada como otra de las variables medulares para que el emprendimiento rinda los frutos buscados. Una meta que tampoco olvida sus efectos en la lucha contra la despoblación y reivindicación del medio rural.

Florentino Martínez conoce de primera mano las alegrías que regala el campo, pero también las obligaciones y amarguras que exige para que el fruto sea el que merece tanto esfuerzo. Bodeguero de largo recorrido en Luberri y experiencia contrastada, Martínez subraya las limitaciones con que se topan los jóvenes para tomar el testigo de los más veteranos. «Tener la seguridad de que el trabajo es rentable es básico para que haya un relevo generacional que ahora apenas se ve», reflexiona a la vez que señala los elevados precios de la tierra como otro de los hándicaps en un escenario donde la inversión es constante y el trabajo continuo. Una perspectiva que en su caso no es en incompatible con una puesta al día en los procedimientos y una convencida apuesta por la sostenibilidad. «Los avances y la tecnología siempre son positivos si se gana en calidad», resume describiendo cómo especialmente el proceso de elaboración se ha ido optimizando. «Empecé en burro y quiero terminar viajando en coche», ilustra mientras se muestra proclive a una producción ecológica «sin exageraciones ni imposiciones» y una pregunta al respecto: ¿está el mercado dispuesto a asumir los costes que implica?

Director de estudios del grado en Ingeniería Agrícola de la Universidad de La Rioja, Tascón da fe de cómo la formación académica del campus riojano está dando sus frutos. «Nos quitan los titulados de la manos», confirma el profesor de la UR sin dejar de verbalizar la necesidad de que esa capacitación ejerza como antídoto para evitar otro de los males que gravitan sobre la agricultura y la ganadería riojanas: la despoblación. «Se trata de un problema que no solo atañe al campo, sino que empieza a amenazar también a las pequeñas capitales de provincia», avisa al reconocer que «no hay soluciones mágicas» y que tras ganarse un espacio en la agenda política exige actuaciones en el plano no solo autonómico y estatal, sino europeo. «Es vital hacer un esfuerzo para una correcta vertebración del territorio», opina apuntando hacia la rentabilidad de las diferentes producciones como fórmula ineludible para alentar el ansiado relevo generacional. «Las fluctuaciones en el precio del producto final generan una incertidumbre que desincentiva la fijación de población», agrega para calificar de «verdadero tesoro» la figura del agricultor por la función que desempeña y los valores que aglutina.