«Fue accidental, seguro. Yo llevaba seis meses con la caldera que iba fatal»
Fernando García Fernández Propietario del ático explosionado ·
Fernando García Fernández, pareja sentimental de I.J.S.M., la mujer que permanece en prisión por la explosión de gas de Lardero, confía ... en su inocencia. «Fue accidental, seguro. Yo llevaba seis meses con la caldera que iba fatal, no daba agua caliente y me había gastado 600 euros en reparaciones, así que creo que fue una mala combustión. Ella estaba en el baño secando el móvil, ¿qué tiene que ver eso con el gas?», explica Fernando, quien admite que el día anterior a la explosión tuvieron una fuerte discusión y la Guardia Civil acudió al ático de su propiedad, donde horas después se produjo el suceso, el pasado 20 de diciembre.
Fernando incluso reconoce también que en alguna ocasión, con motivo de otras discusiones, ella le había advertido de que si la dejaba, se suicidaría. «Me había dejado unas notas, que entiendo que es algo serio y por lo que está en prisión, pero eso no la incrimina, aunque tampoco la beneficia», admite Fernando. Tanto cree en la inocencia de I.J.S.M., uruguaya de 50 años a la que conoció en Mallorca, que, tras la explosión, acudió al hospital de Cruces en Baracaldo, donde fue ingresada por graves quemaduras, para intentar visitarla, aunque no pudo hacerlo porque no estaba vacunado. No obstante, a través de unos amigos vizcaínos asegura que le hizo llegar ropa, dinero y un nuevo teléfono móvil para poder comunicarse con ella.
Sí que, después, al ser trasladada de la cárcel de Nanclares de Oca (Álava) a la de Logroño, tras la reconstrucción de los hechos, hace más de tres meses, la ha visto en el locutorio de la prisión. Para entonces, aunque en la distancia, ya habían retomado la relación sentimental. Ambos aseguran estar enamorados.
«Mi intención es casarme con ella, le he hecho una oferta de empleo y la he empadronado en la casa donde yo vivo ahora»
«Mi intención es casarme con ella, en mi empresa le he hecho una oferta de empleo y la he empadronado en Fuenmayor, en la casa donde yo vivo ahora. De riesgo de fuga, nada, mientras esté conmigo», asegura Fernando, quien tras tramitar todo esto espera que la Justicia cambie de parecer y le conceda la libertad condicional antes del juicio a su pareja. «Ya no tienen argumentos para que permanezca en la cárcel», advierte Fernando, quien es propietario de una empresa de servicios integrales de limpieza con sede en Logroño.
A pesar de haber sido denegada la libertad, con el último documento aportado, el empadronamiento, Fernando desea que el Juzgado permita la salida de su pareja de la cárcel. «Reunir toda la documentación ha sido una odisea, pero en ningún momento la he dejado sola. La Justicia le niega la libertad pero, ahora, con el empadronamiento, lo vamos a volver a intentar», anuncia Fernando. Ahora están buscando una fecha para la boda, que tendrá que ser civil, porque ambos están divorciados.
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