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El AVE llegará a Navarra en el 2023 mientras el eje riojano acumula cinco años de retraso

El AVE llegará a Navarra en el 2023 mientras el eje riojano acumula cinco años de retraso

El Ministerio invertirá 800 millones para conectar Pamplona con la 'Y' vasca, Burgos, Zaragoza y el Mediterráneo

María José González

Lunes, 29 de mayo 2017, 20:23

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El corredor de alta velocidad ferroviaria entre Pamplona y Castejón será una realidad en Navarra dentro de seis años, tras una inversión, como mínimo, de 800 millones de euros (45 van en los Presupuestos del Estado de este año), y su puesta en servicio coincidirá con las del eje Zaragoza-Castejón, la 'Y' vasca y la línea Burgos-Vitoria. Esas son las obligaciones económicas y temporales asumidas públicamente ante el Gobierno foral el jueves por el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, cuyos compromisos para los ejes riojanos, como quedó patente durante la visita que realizó la pasada semana a Logroño, son bastante más exánimes debido al retraso que acumulan ambos corredores desde hace cinco años.

Frente al valle del Ebro y La Rioja, el eje navarro fue la opción seleccionada en el 2011 por el Ministerio de Fomento (Gobierno del PSOE) para conectar el Cantábrico y el Mediterráneo, propuesta que presentó como prioritaria ante la UE para obtener financiación comunitaria. De las cinco fases que comprende la línea, la que abarca Villafranca y Castejón ya está construida, y las otras cuatro (como se puede observar en la infografía que ilustra esta información) están en pleno proceso de redacción o pendientes sólo de aprobación. Su tramitación administrativa, por lo tanto, está muy avanzada, lo que permite al ministro De la Serna estimar que todo el eje estará en servicio en el 2023.

Para ese mismo año, el Gobierno central se propone tener abiertas también la 'Y' vasca (en construcción), su conexión a través de Vitoria con Burgos (antes de que finalice este año se sacará a información pública) y el corredor Zaragoza-Castejón. Al Ministerio no se le escapa que la declaración de impacto ambiental de este último eje está caducada y que hay que volver a tramitarla, lo que dificulta que esté terminada dentro de seis años. Por ello, llegado el caso, el Ministerio invertirá 300 millones en la vía convencional para introducir una solución transitoria.

Incluyendo el IVA, el coste de las obras ascenderá a 890,31 millones de euros, aunque De la Serna baraja que esa cifra se superará y rondará los mil millones. Navarra seguirá adelantando el pago de las obras y el Ejecutivo central, a través del gestor de infraestructuras ferroviarias Adif, devolverá el dinero al año siguiente. Este importe eleva en 215 millones el presupuesto calculado en un convenio suscrito entre los Gobiernos central y autonómico hace siete años, que el Ministerio propone a la Comunidad foral actualizar también en lo que concierne al calendario de anualidades de los trabajos y a que las devoluciones se hagan en los siguientes doce meses y no a los veinticuatro como establecía el compromiso anterior.

La Comunidad foral deberá estudiar el nuevo acuerdo planteado por el Ministerio y, lo que es más importante, negociar la posición con sus socios (Bildu, Podemos e Izquierda Unida), partidarios de no acometer una plataforma de estas características sino de adaptar la actual vía Pamplona-Castejón a un tercer carril, lo que supondría un menor impacto económico y ambiental que construir un nuevo eje.

Ni a Este ni a Oeste

La aceleración que toma el corredor navarro contrasta con el retraso de cinco años que acumulan los ejes riojanos tanto al Este como al Oeste de Logroño. El Ministerio de Fomento adjudicó en el 2011 la redacción del estudio informativo de la línea hasta Miranda de Ebro (67 kilómetros), así como los proyectos de construcción de los cuatro tramos en los que está dividido el trazado hasta Castejón (71 kilómetros): Castejón-Aldeanueva de Ebro (19 kilómetros); Aldeanueva de Ebro-Lodosa (19 kilómetros, incluido el paso por Calahorra); Lodosa-Agoncillo (19 kilómetros) y Agoncillo-Logroño (14 kilómetros, con un túnel en el entorno de Agoncillo).

Si la tramitación administrativa está siendo tortuosa, políticamente tampoco ha sido más favorable. Al contrario: el PP nacional consintió a Ciudadanos (formación que prefiere una vía de ancho europeo a una de AVE) que el acuerdo para la investidura como presidente de Mariano Rajoy no recogiese la línea de alta velocidad ferroviaria en La Rioja. Y, ya con Íñigo de la Serna al frente del Ministerio de Fomento, tampoco se han producido anuncios que faciliten augurar importantes adelantos.

El pasado día 16, en su segunda visita en lo que va de año a La Rioja, De la Serna señaló que «la idea es avanzar» en el estudio informativo de la conexión entre Logroño y Miranda de Ebro, de forma que «este año se cierre el documento y sea presentado a las consultas ambientales», lo que «permitirá realizar en el futuro el enlace con la 'Y' vasca y Francia». Además, dijo, «continuamos con los estudios para mejorar los tiempos de circulación en todo el tramo hasta Castejón, sin perjuicio evidentemente de que sigamos teniendo en mente que la conexión definitiva ha de ser necesariamente de alta velocidad».

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