«Intenté hablar con la responsable de Eulen, pero fue imposible»

Antes de que los padres de los alumnos comenzaran a testificar, por la sala continuaron pasando trabajadoras y extrabajadoras de Casa Cuna. Dos de ellas, las dos primeras, ratificaron lo expuesto por buena parte de sus excompañeras en la segunda sesión. Describieron dos agresiones de Noelia, la exdirectora, a dos niños durante la hora de comida, el lanzamiento «a dar» de zuecos a los niños y amenazas -«te voy a dar»- e insultos -«tontito, asqueroso» de Carmen. La primera de ellas también recordó que durante un mes intentó en numerosas ocasiones hablar con la responsable de servicios sociosanitarios de Eulen para informarle de lo que pasaba: «Siempre me decía que quedábamos otro día». Y respecto a los encierros, una de las dos testigos aseguró que «era habitual encerrar» a una de las niñas, encierros que duraban «hasta 20 minutos. Luego lloraba menos». Además recordó que «una chica sólo aguantó un día. Se fue directamente a hablar con el Ayuntamiento y Eulen».

Las otras cuatro -una de ellas trabajadora actual del centro- aseguraron que nunca vieron nada extraño, si bien una de ellas recordó que apenas trabajó un mes tres horas al día. La empleada que continúa en Casa Cuna explicó que no sabría valorar la intensidad de los gritos por un problema de audición, rechazó actitudes violentas y aseguró que Noelia, la exdirectora, apenas acudía a las aulas de comida -en donde presuntamente se produjeron las agresiones-. Respecto a los zuecos, la ultima mujer que testificó insistió en el carácter lúdico del lanzamiento.