«En los pueblos pequeños no se ha contribuido a la propagación del virus»

Antonio Mayoral Cerrolaza (PSOE) acumula 37 años como alcalde de Hornos de Moncalvillo, más de la mitad de su vida, puesto que tiene 60 años. Agricultor de profesión, fue elegido alcalde estando de viajes de novios en Islas Canarias, en unas elecciones en la que, por motivos obvios, ni votó. Con 98 censados, Hornos de Moncalvillo ha perdido un centenar de habitantes en el último siglo.

– ¿Qué atractivo tiene, a su juicio, Hornos de Moncalvillo para poder atraer población?

– Son muchas las cualidades que tiene el municipio, como la cercanía a la capital y a la autovía, el entorno, que es especial porque desde nuestras casas prácticamente tocamos las hojas de robles y encinas. Aquí se vive con tranquilidad y sin ruidos, sintiendo el placer de escuchar el canto del ruiseñor y evadiéndote de la rutina, dando paseos por el monte, el campo y las viñas, en plena naturaleza.

– A pesar de estar tan cerca de Logroño, Hornos sufre la despoblación, algo que no es habitual en el área metropolitana de Logroño. ¿A qué cree que se debe?

– Hace más de un siglo teníamos el doble de población que ahora y en los últimos años se ha mantenido. En 1981 Hornos tenía un 16% menos de población y en el 2000, un 3% menos que en la actualidad.

– ¿Qué servicios o necesidades cree que necesita Hornos para luchar contra la despoblación?

– Una de las cosas a mejorar sería la buena cobertura de telefonía, que es deficiente. La fibra óptica se ha puesto en parte del pueblo y nuestro deseo es que se extienda a la totalidad del municipio. También nos gustaría construir un centro de día para las personas mayores, en lo que estamos trabajando junto al Gobierno de La Rioja. Además, desearíamos poder construir viviendas para atraer a los jóvenes.

– ¿Cree que la despoblación es una batalla perdida o no?

– En absoluto. Por lucha y trabajo por nuestra parte no va a ser, aunque para ello tienen que implicarse todas las administraciones y contar desde el minuto 1 con los pueblos.

– ¿Cómo se vive el confinamiento en un pueblo pequeño como Hornos de Moncalvillo?

– Un confinamiento es algo muy duro, estamos hablando de pérdida de vidas humanas y mucho sufrimiento. Lo cierto es que aquí es mucho más llevadero, el que no tiene un patio en casa tiene una terraza, y estamos rodeados por la naturaleza.

– ¿Cree que la despoblación ha sido, paradójicamente, la 'salvación' de los pueblos ante el coronavirus?

– Está claro que en los pueblos pequeños, al no estar la población tan agrupada, no se ha contribuido a la propagación del virus.