«En Navajún estamos censados estamos once pero viviendo habitualmente, tres»
Llenar de vida La Rioja vacía ·
Visitamos el pueblo conocido internacionalmente por la pirita y descubrimos cómo se vive allí a través de las palabras de Pedro Ansorena, con él lo recorremosTVR
Logroño
Miércoles, 5 de febrero 2020, 17:55
Nieva y hace frío en Navajún hoy. Allí nos recibe Pedro Ansorena, que nos sitúa la localidad: «Estamos ya prácticamente en el último pueblo de La Rioja rayando con Soria, a novecientos metros de altura». «Aquí siempre ha nevado mucho, aunque lo de que nieve en esta época es un poco atípico», nos explica.
En Navajún hay censadas 11 personas, pero viven habitualmente 3. «La gente se dedica a trabajar, no hay demasiada convivencia, después de hacer sus quehaceres se van a sus casas y viven de una manera tranquila durante la noche y esperar al día siguiente». Lo que tiene de «especial» este pueblo es la altura, dice Ansorena, «y los aires son muy buenos». También destaca la mina de pirita, «da los cubos más importantes de todo el mundo», apunta. «Aunque no parezca bien decirlo, si miramos cualquier publicación se señala que da los cubos de pirita más perfectos». Nos explica que la descubrió su padre y se explota hasta hoy en día. «Navajún es conocido en todo el mundo de la minerología por esto y las casas se construyeron por eso, para alojar a las personas que venían a ver la mina», indica.
«No tenemos ningún servicio, como mínimo a 12 kilómetros. Los servicios médicos los tenemos en Cervera y, la verdad, es que estamos apartados de todo el mundo», apunta.
Hay algo que tiene claro sobre Navajún en invierno: «Lo mejor es la tranquilidad, es un punto muy bueno, la gente que viene disfruta de la soledad, de que no haya ruidos, de poder dormir bien... lo que en una gran ciudad es difícil de conseguir». En verano, esto cambia. «De 11 habitantes que estamos normalmente pasamos a 50, pero el día de la fiesta vienen más de 100 o 150 personas, que no son muchos, porque en 1900 había 600 personas, pero el verano ya es una fiesta».
«Hay gente joven», afirma, pero se pregunta «¿que venga gente a vivir a Navajún? Pues no estoy muy seguro de ello», termina.