Borrar

El asociacionismo como medio contra el aislamiento y la despoblación

J.A.

OJACASTRO

Jueves, 6 de febrero 2020, 15:52

Comenta

Adriana Díaz pertenece a la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur), una organización que lucha por alcanzar la igualdad y el progreso de las mujeres que viven y trabajan en el medio rural. También forma parte de la Red de Economía y Alternativa Solidaria (REAS) La Rioja, basada en una «economía solidaria» que busca que las personas estén en el centro de la actividad económica, a través de los principios de igualdad, empleo, medioambiente, cooperación, compromiso con el entorno, y eliminación del carácter lucrativo. «Si no te metes en asociaciones o en grupos contra la despoblación, al final te ves sola», indica. En su caso, uno de los objetivos que trata de conseguir con el asociacionismo es que su negocio, aunque se localice en el medio rural, se vea fuera de él. «Que el producto del mundo rural salga a las grandes ciudades», dice.

Con ese objeto, ha presentado un proyecto a 'Ruraltivity. Lanzadera de Emprendedor@s Rurales', un programa de ámbito estatal de impulso de iniciativas de autoempleo y educación emprendedora y un dispositivo de apoyo de referencia estatal creado por Fademur, que, entre otros objetivos, pretende facilitar la puesta en marcha y la consolidación de nuevos proyectos empresariales sociales innovadores, impulsando la promoción y la formación para el autoempleo con carácter integral.

Será por personas como Adriana, por asociaciones como Fademur o por proyectos como 'Ruraltivity', el caso es que Ojacastro es uno de los municipios que ha conseguido en los últimos año, 'salvar los muebles' de la despoblación, de la que tampoco se ha librado por completo. En el año 2019 contaba con 182 habitantes empadronados, tras haber experimentado unos tímidos incrementos anuales consecutivos, desde el año 2016, cuando contaba con 168 vecinos. Nada que ver con los 775 que se contabilizaban en 1900, que llegaron a ser 789 en 1940. A partir de este año la cifra se fue reduciendo, especialmente a partir de los años 60 del pasado siglo: en 1960 había 651 habitantes; en 1970 eran 448, y en 1981 tan solo 261. Aún habría de subir algo el padrón en los años 80. Una de las fortalezas de la localidad riojalteña es su activa población, volcada en todo tipo de iniciativas de dinamización. Esa es la mejor arma contra la despoblación.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja El asociacionismo como medio contra el aislamiento y la despoblación