«Para afrontar el reto poblacional no basta con tener buenas intenciones»
Rafael Puyol Catedrático de Geografía Humana ·
Puyol, presidente de la UNIR, recuerda que «en temas de despoblación no caben milagros» y que habría que aprovechar «las oportunidades que brinda el envejecimiento»Rafael Puyol (Gijón, 1945), catedrático de Geografía Humana, exrector de la Universidad Complutense y presidente de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), ha dedicado ... su vida a investigar sobre conceptos demográficos que hoy han cobrado una súbita actualidad: el éxodo rural, la emigración, el envejecimiento. Durante la conversación telefónica, Puyol puntualiza que La Rioja presenta algunas similitudes con la España interior (la baja tasa de natalidad, el envejecimiento poblacional), aunque su capacidad para atraer emigrantes y la potencia económica del valle le permiten esquivar mejor la guadaña.
-¿Le sorprende que el asunto de la despoblación domine hoy la conversación pública cuando lleva décadas produciéndose?
-Tenemos que recibir este interés renovado con una cierta dosis de prudencia. ¡Son tantas las veces que se han enunciado planes para enfrentarse al reto demográfico! Creo que estas medidas son una buena noticia, pero deben plasmarse en un plan concreto y con medidas específicas. Con las buenas intenciones no basta. Es necesario que ese plan anunciado tenga detrás una memoria económica que permita llevarlo a cabo en buenas condiciones.
- ¿Es realmente reversible el éxodo rural?
- En temas de despoblación no caben milagros. No vamos a conseguir resultados espectaculares. Podemos lograr que el campo no se siga vaciando con la intensidad con que lo ha hecho hasta ahora o incluso, en algunos espacios concretos, podemos conseguir una vuelta al medio rural de pequeños grupos; pero hay que ser prudentes. Mejorarán las cosas algo si se pone en marcha un plan integral, pero no habrá resultados muy significativos.
- ¿Y en el caso del envejecimiento de la población?
- Sucede lo mismo. El envejecimiento es un fenómeno irreversible, tanto a nivel individual como colectivo. Una persona no puede tener dentro de dos años menos edad de la que ahora tiene, y lo mismo sucede a nivel colectivo. El envejecimiento demográfico, como consecuencia del alargamiento de la vida y de la caída de la natalidad, va a seguir aumentando. Ahora bien, yo diría que el aumento de la longevidad es un fenómeno positivo, una conquista social. Plantea desafíos (pensiones, gastos sanitarios, dependencia), pero también oportunidades. El aumento de la longevidad tiene dos grandes beneficios posibles. Por un lado, la posibilidad de emplear durante más tiempo y en las condiciones adecuadas a trabajadores sénior (de más de 55 años). España es el país de la UE con los niveles de empleos más bajos para este grupo de población. Y, por otro lado, ofrece posibilidades dentro de la 'silver economy' (la economía plateada): la elaboración de productos específicos para los sénior en campos como la alimentación, las nuevas tecnologías, el inmobiliario, el ocio, la educación...
- A la hora de hablar de la baja natalidad, ¿pesan más los motivos culturales o los económicos?
- La caída de la natalidad es un problema multicausal. Hay motivos culturales, pero también una componente económica indudable: ¿Por qué cayó tanto la natalidad a partir del 2008, en los años de la crisis? En el caso español, se da una situación que conviene no olvidar. El número de hijos por mujer está en 1,25, cuando la renovación generacional exigiría un 2,1. Y, sin embargo, cuando en las encuestas de fecundidad se pregunta a las madres y a los padres por su tamaño familiar ideal, dicen que dos hijos. Por lo tanto, hay un desequilibrio entre los hijos que les gustaría tener y los que realmente tienen. ¿Qué quiere decir esto? Creo que con una política familiar adecuada, que ha brillado por su ausencia en España, podríamos acercarnos al deseo de los dos hijos y abandonar esta cifra tan baja del 1,25. Probablemente nunca llegaremos al 2,1, pero sí mejoraríamos algunas décimas. Y eso, sumado a la inmigración, nos permitiría seguir creciendo y no entrar en una situación de involución demográfica.
- ¿La inmigración puede ser también una solución para la despoblación rural?
- Los inmigrantes, en una buena parte, proceden de medios rurales. Conocen la vida en el campo y las condiciones de trabajo. Sin embargo, cuando dan el salto al exterior prefieren ir a medios urbanos porque entienden que allí tienen mejores posibilidades económicas, educativas, sanitarias... Yo no espero que de la emigración exterior venga la solución a los problemas de despoblación de la España interior. Puede haber una presencia reducida, puntual..., pero no vamos a recibir la inmigración necesaria para resolver el despoblamiento rural.
- El 60% de la población riojana vive en Logroño y su área metropolitana... ¿Habría que intervenir políticamente, quizá fomentando la descentralización, para mantener algo vida en el resto del territorio?
- Todas las políticas que en el pasado se han dirigido a descentralizar los grandes núcleos urbanos en beneficio de núcleos medianos o de zonas rurales no han tenido demasiado éxito. Exigir esa desconcentración de manera coercitiva es una medida destinada al fracaso. Se podría incentivar, pero nunca exigir.
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