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El senador republicano de Florida Marco Rubio habla antes del presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump, ante la comunidad venezolano-estadounidense, este lunes en la Universidad Internacional de Florida, en Miami. Cristóbal Herrera (Efe)
Marco Rubio amenaza a Maduro con el linchamiento de Gadafi

Marco Rubio amenaza a Maduro con el linchamiento de Gadafi

Tuitea imágenes del dictador libio y la empresa tecnológica censura los retuits

Mercedes Gallego

Corresponsal en Nueva York (EE UU)

Lunes, 25 de febrero 2019, 22:38

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Hace mucho que Twitter dejó de ser un pasatiempo en las redes sociales para convertirse en canal de comunicación de los políticos, pero algunos lo llevan cada día más lejos. La semana pasada el estratega republicano Roger Stone, exasesor de Trump, tuvo que vérselas con la justicia para explicar por qué había tuiteado una foto de la jueza que sigue su caso con la diana de un rifle junto a la cabeza.

Stone, como Trump, siempre ha tenido ínfulas de showman, pero un senador como Marco Rubio amenazó este domingo, sin palabras, a Nicolás Maduro con el linchamiento de Muamar El Gadafi. Prueba de lo perturbadora que era la imagen de Gadafi ensangrentado es que incluso Twitter la censuró en los retuits. A lo que contestó con una de Nicolae Ceaucescu y su mujer esposados, poco antes de que los fusilaran.

El senador de 47 años que celebró en su día la muerte de Gadafi y solo lamentó que Obama no hubiera llegado «lo suficientemente lejos», se ha vuelto cada vez más críptico y tenebroso en su determinación de acabar con el régimen de Maduro. Bautizado como «derrocador en jefe» en el New York Times por su activo papel en el complot que resultó el pasado 23 de enero en la autoproclamación de Juan Guaidó, este lunes completó sus mensajes amenazadores con una cita bíblica de Abdías 1:3-4: «Aunque te eleves como el águila y tu nido se establezca entre las estrellas, desde allí te derribaré».

Con la opción militar cada vez más cerca, hablar de derribar a un dictador desde las estrellas es como mentar la soga en casa del ahorcado. Citando fuentes de la Casa Blanca, The Washington Post especulaba con que acabar con las defensas aéreas de Venezuela desde el aire sería fácil para la aviación estadounidense. Más difícil resultaría una invasión terrestre en un país de 32 millones de habitantes donde muchos siguen fieles al chavismo. Resultaría también un terremoto para Latinoamérica, a la que el vicepresidente Mike Pence advirtió este lunes sobre «la llegada de un nuevo día» para esta región, que aún recuerda los tiempos de Reagan.

Trump como Reagan

Rubio quiere que Trump sea para los venezolanos del sur de Florida, que suponen la mayor población fuera de su país, lo que Reagan para los cubanoamericanos a los que representa. Un dios que traslade permanentemente esa casilla electoral clave para ganar la Casa Blanca al Partido Republicano, y con ello garantice su propio asiento al Senado y lo que se proponga. Ya en 2015 aspiró a la presidencia y, por su edad, puede esperar a que Trump complete un segundo mandato, si así lo decide el electorado.

El sueño de ver en su lugar a un demócrata al frente del país estuvo este lunes un poco más cerca para sus opositores, ya que por una vez el presidente y el vicepresidente se encontraban a la vez fuera del país. Trump, de camino a Vietnam para la cumbre con Kim Jong-un. Pence, en Colombia, donde se reunió con Guaidó y el Grupo de Lima.

De haber ocurrido algún incidente de seguridad, la portavoz del Congreso Nancy Pelosi hubiera asumido el poder, como tercera en línea sucesoria, pero la Casa Blanca advirtió de que Pence se encontraba a apenas cinco horas de avión. El discurso en el que se había anticipado que desglosaría las claves de la estrategia venezolana quedó en nada, pero EE UU convocó de urgencia para este martes a una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, donde Rubio advirtió que ha llegado la hora de ver «qué es capaz de hacer la 'comunidad internacional' cuando un régimen usa la fuerza militar para matar y herir a civiles».

La ONU le ha frustrado, porque lejos de reconocer a Guaidó como legítimo presidente, el secretario general António Guterres se ha mantenido neutral. El domingo se dijo «conmocionado» por la pérdida de civiles pero se negó a señalar culpables e instó «a todos los actores» a reducir la violencia.

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