Trump culpa a Biden del atentado contra la Guardia Nacional y se venga contra todos los afganos
El sospechoso entró en el país como parte del programa de acogida tras la retirada estadounidense de Afganistán
Mercedes Gallego
Corresponsal. Nueva York
Jueves, 27 de noviembre 2025, 09:56
Las familias de dos militares de la Guardia Nacional cambiaron la festividad de Acción de Gracias por un inesperado velatorio. Un individuo de origen afgano ... giró la esquina de la concurrida parada de metro de Farragut West, a poca distancia de la Casa Blanca, donde hacían guardia los militares, «levantó el brazo y disparó» a la cabeza con una pistola. Sus víctimas fallecieron dos horas después en el hospital, mientras que el autor recibió otro disparo de vuelta y se encuentra hospitalizado en estado grave.
«Estoy decidido a que el animal que perpetró esta atrocidad pague el precio más alto posible», anunció el presidente Donald Trump en un mensaje televisado a todo el país desde su residencia vacacional de Mar-a-Lago.
En lugar de reconfortar por la conmoción de un atentado terrorista «contra toda la nación», el mandatario culpó de ello a su antecesor, Joe Biden, por el programa de asilo que en 2021, tras la retirada de Afganistán, permitió recibir a aquellos que trabajaron con EE UU durante la invasión y temían por su vida bajo el nuevo gobierno talibán. Unos 76.000 afganos se beneficiaron ese año del programa «Operación Bienvenida de Aliados», muchos de ellos traductores y contratistas de todo tipo que durante veinte años ayudaron a las fuerzas estadounidenses a hacer su trabajo contra al-Qaeda. Uno de ellos, Rahmanullah Lakanwal, es el presunto autor del atentado que ha roto el récord de seis meses sin un solo asesinato en la capital estadounidense, de lo que tan orgulloso estaba Trump.
El mandatario se encargó de subrayar que se trata de «un extranjero» y aprovechó para atacar a su antecesor por haber dejado entrar al país «a 20 millones» de inmigrantes, un dato que no se corresponde con el oficial. «Debemos tomar todas las medidas necesarias para garantizar la expulsión de cualquier extranjero de cualquier país que no pertenezca aquí o no aporte ningún beneficio a nuestro país», redobló. «Si no pueden amar a nuestro país, no los queremos».
Los primeros perjudicados serán los afganos, cuyo proceso migratorio ha pausado de inmediato, pero también el de otros inexplicablemente mencionados en este contexto, como los «miles de somalíes de Minnesota, cuyo representante en nuestro país nos da lecciones sobre nuestra Constitución y lo mala que es nuestra nación», protestó. Se refería, sin duda, a la congresista Ilhan Omar, la primera mujer de color en representar a Minnesota en el Congreso, pero de camino acusó a toda esa comunidad de estar «saqueando el país y destrozando lo que fue un gran estado».
Los dos militares asesinados eran parte del destacamento de 160 voluntarios que había enviado Virginia Occidental. Desde agosto, unos 2.000 efectivos de la Guardia Nacional patrullan la capital de EE UU, como parte del operativo que Trump denominó «Make DC Safe and Beautiful» (Hagamos a DC Segura y Bonita). Con la excusa de «liberar» la ciudad de «maleantes, drogadictos, psicópatas y vagabundos», el presidente tomó el control de la capital y ha intentado repetir la jugada en otras grandes ciudades demócratas que se le han resistido en las urnas.
La jueza federal Jia M. Cobb determinó la semana pasada que ese despliegue es ilegal y viola las funciones de autogobierno que el Congreso otorgó a Washington DC en 1973. A estas alturas, considera que ya se ha hecho «un daño irreparable» y ha dado al gobierno tres semanas para retirar las tropas o apelar su decisión. En lugar de retirarlas, el presidente dijo ayer haber dado órdenes al Pentágono para que refuerce el destacamento con 500 efectivos más.
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