Las Cámaras aprueban con sólo un voto en contra la publicación de los archivos de Epstein

En un Congreso fracturado casi por deporte, semejante alineación es una rareza política. El abrumador resultado de 427-1, después de tanta disputa, no se debía a la influencia de las víctimas del poderoso inversor, que las prostituyó de adolescentes para conseguir el favor de los ricos y poderosos, sino de uno de los hombres que aparecen en los archivos: el presidente Donald Trump. El domingo el mandatario que se ha resistido más que Johnson a votar esa ley que expondrá los trapos sucios de amigos y enemigos, revirtió sorpresivamente su postura. «El Comité de Supervisión de la Cámara puede tener todo aquello a lo que tenga derecho legalmente, ¡me da igual!», escribió en Truth Social.

Es más, Trump ha dicho públicamente que, si el Senado aprueba la ley (algo que hacía horas después que el Congreso), no la vetará, sino que la firmará. Como Johnson, que tuvo que votar este martes por ella en la Cámara Baja «gritando y pataleando», dijo satisfecho su correligionario de Kentucky, Thomas Massie, que ha patrocinado la ley. Johnson no lo negó. «Ninguno de nosotros quiere exponerse para que luego le acusen de falta de transparencia».

La transparencia es una de las palabras de moda en el universo MAGA (el movimiento fundado por Donald Trump de Make America Great Again). La resistencia a hacer públicos los archivos del financiero convicto que se suicidó en la cárcel ha alimentado las conspiraciones existentes y plantado la semilla de la desconfianza con «el padre fundador», como le llamó la congresista Marjorie Taylor Greene, que ha roto relaciones con el presidente por su apoyo a esta ley.

«Ahora me llama traidora, pero déjenme explicarles lo que es un traidor», dijo este martes la representante de QAnon, junto a las víctimas en la escalinata del Capitolio: «Un traidor es un estadounidense que sirve a intereses extranjeros y a sí mismo. Y un patriota es un estadounidense que sirve a los Estados Unidos de América y a los estadounidenses como las mujeres que están detrás de mí».

Con ello se hacía eco de otra crítica que empieza a arraigar en el movimiento que dio la victoria a Trump. El presidente que prometió 'Hacer grande a EE UU de nuevo', pasa demasiado tiempo preocupado con resolver los problemas de otros países en guerra, aparentemente más preocupado por pulir sus credenciales para ganar el Nobel de la Paz, que en paliar el sufrimiento económico de su pueblo. Pese a las multimillonarias inversiones que celebra cada día y sus recientes rebajas arancelarias a algunos alimentos básicos como la ternera o los aguacates, la cesta de la compra no baja.

Trump ha calculado que la publicación de los archivos del 'caso Epstein' haría más daño a la oposición demócrata que a él mismo, ya que según los emails publicados Trump no participó de los «masajes» que daban las adolescentes de Epstein, aunque llegó a pasar «horas» con una de ellas en su casa. Sin embargo, el exsecretario del Tesoro Larry Summers ha renunciado ya a su cargo honorario en la Universidad de Harvard, tras conocerse que siguió en contacto con Epstein después de haber sido condenado. Bill Clinton y otros pesos pesados pueden estar más preocupados que el propio Trump por el aluvión de documentos, fotos y vídeos que podrían hacerse públicos tan pronto como se complete el proceso legislativo y judicial. El líder del Senado, Chuck Schumer, anunció este martes que pondría la ley a votación esa misma noche, para que el presidente la tenga sobre su mesa al amanecer.