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Los manifestantes queman el Parlamento de Nepal tras la renuncia del primer ministro
El país sufre una segunda jornada de movilizaciones pese al toque de queda, después de los altercados de ayer que dejaron 19 muertos
Jaime Santirso
Pekín
Martes, 9 de septiembre 2025, 11:12
Las protestas anticorrupción de Nepal se vuelven cada vez más destructivas. La dimisión del primer ministro, K.P. Sharma Oli, no ha aplacado a los ... manifestantes, que en la segunda jornada de movilizaciones han incendiado el Parlamento y otros edificios gubernamentales. Los choques con la policía dejan al menos dos muertos, que se suman a los catorce de este lunes, mientras el país se sume en el caos sin liderazgo alguno. Entre las víctimas mortales está Rajyalaxmi Chitrakar, esposa del ex primer ministro Jhalanath Khanal. Sufrió graves quemaduras después de que varias personas incendiaran su vivienda en Katmandú. El desorden en el país es total. El ministro de Finanzas, Bishnu Prasad Paudel, fue lanzado desnudo a un río con la cabeza cubierta.
El ejército ha hecho un llamamiento a la «calma» y la «contención» tras la renuncia del jefe del Ejecutivo mientras se recrudecen las fuertes protestas contra el Gobierno, que se desataron a raíz de la prohibición del acceso a las principales redes sociales y se han saldado con una veintena de muertos. Las movilizaciones, atribuidas por sus convocantes a la «Generación Z» y planteadas por tanto en términos generacionales, tienen por motivación original la frustración generalizada de los jóvenes ante la falta de oportunidades y, por comparación, los privilegios de la élite gobernante fruto de la corrupción generalizada.
Sin embargo, el bloqueo de redes sociales impuesto la semana pasada a 26 plataformas como Facebook y YouTube supuso la chispa que acabó por inflamar el ambiente y provocó unos disturbios, incluyendo una tentativa de asalto al Parlamento, que las fuerzas de seguridad trataron de aplacar mediante el disparo de gas lacrimógeno y pelotas de goma.
Las escenas se han repetido hoy, con la policía tratando de reprimir los altercados mientras la destrucción aumentaba, con sedes institucionales o residencias privadas de mandatarios vandalizadas y numerosos de heridos entre la multitud. Las revueltas se han extendido desde la capital, Katmandú, hasta otras ciudades del país como Dhangarhi, donde los manifestantes han incendiado la casa del ex primer ministro Sher Bahadur Deuba, uno de los políticos más influyentes en la historia reciente del país.
La tensa situación, que ha provocado incluso la suspensión de todos los vuelos en el Aeropuerto Internacional Tribhuvan de Katmandú, ha suscitado graves preocupaciones sobre la seguridad en la capital del país. El alcalde, Balendra Shah, conocido como 'Balen', ha pedido ahora «calma» a los manifestantes tras la dimisión del primer ministro y ha alertado de la «pérdida del bienestar», que es en realidad, «la pérdida de las propiedades»
Así, el Ejército ha comenzado a evacuar a los miembros del Gobierno de sus respectivas residencias, una operación que está siendo llevada a cabo con el uso de helicópteros y que responde a varios ataques sufrido contra sus propiedades.
Dimisión en bloque
El principal señalado por las protestas es el primer ministro K.P. Sharma Oli, que esta tarde ha dimitido para ofrecer «una salida constitucional a la crisis». Antes de hacer pública su decisión, el líder del Partido Comunista de Nepal y decimocuarto jefe de Gobierno desde la abolición de la monarquía en 2008, había convocado una reunión de todos los partidos políticos. «Ninguna forma de violencia sirve al interés de la nación, y debemos buscar una solución pacífica y basada en el diálogo», había asegurado por medio de un comunicado oficial.
Pero lo cierto es que para entonces su posición ya era precaria, pues hasta cuatro miembros de su Ejecutivo habían presentado su renuncia por el uso de la violencia contra las movilizaciones. «Me impacta descubrir que, en una democracia, en lugar de aceptar que hacer preguntas y protestar pacíficamente es un derecho natural de los ciudadanos, nos estemos encaminando hacia una dictadura […], con una represión generalizada, asesinatos y uso de la fuerza», aseguraba el ministro de Agricultura, Ram Nath Adhikari, en declaraciones al servicio nepalí de la BBC.
Esta mañana la censura de las redes sociales ya se había retirado, pero el toque de queda seguía en vigor de manera indefinida. Los disturbios, no obstante, han continuado, y la ausencia de todo tipo de jerarquía política augura una peligrosa anarquía de cara a los próximos días.
De fondo, una desastrosa situación económica para la que no hay arreglo sencillo. La tasa de desempleo juvenil supera el 20%, y un tercio del PIB nepalí procede de las remesas enviadas por trabajadores en el extranjero, muchos de ellos desplazados a India. «Esperamos que todas las partes involucradas actúen con moderación y aborden cualquier cuestión por medios pacíficos y mediante el diálogo», ha comentado el ministerio de Exteriores del país vecino.
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