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Luiz Inácio Lula da Silva sale de prisión. Foto: Reuters | Vídeo: Atlas

Lula da Silva sale de prisión

El fallo del Supremo por el que sólo la condena definitiva conduce a la cárcel favorece al exlíder brasileño y a otros 5.000 reclusos

marcela valente

Buenos Aires

Viernes, 8 de noviembre 2019

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En prisión desde hacía 19 meses por una controvertida condena de corrupción, el expresidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva fue excarcelado este viernes después de la decisión del Supremo Tribunal Federal (STF) que le permite permanecer en libertad hasta que su sentencia sea definitiva. La resolución, criticada el presidente, Jair Bolsonaro, fue celebrada por sus seguidores, que lo esperaban en el exterior de la prisión de Curitiba, y también en Argentina, donde esperan recibirlo el 10 de diciembre para la toma de posesión del presidente electo, Alberto Fernández.

Bolsonaro ha pedido «no dar munición al canalla que momentáneamente está libre, pero cargado de culpa». «Amantes de la libertad y del bien, somos mayoría. No podemos cometer errores. Sin norte ni mando, hasta la mejor tropa dispara para todas partes, inclusive contra los amigos», ha tuiteado el mandatario ultraderechista.

La salida de Lula -que era favorito para las elecciones de 2018 cuando fue detenido- inquieta a Bolsonaro. Con 74 años, el dos veces presidente dijo que quiere vivir en el Estado de Pernambuco, donde nació. Antes vivía en Sao Paulo, pero desde que quedó viudo no tiene voluntad de volver allí. En el Noreste además su figura es muy popular. Cuatro territorios de esa región son gobernados por el Partido de los Trabajadores que él fundó cuando era sindicalista.

LA CLAVE:

  • 1 año y siete meses pasó Lula entre rejas. Estaba condenado a 8 años y 10 días por corrupción y blanqueo de dinero.

  • Golpe a la operación 'Lava Jato'. El juez que le envió a prisión ahora es el ministro de Justicia y advierte de un posible cambio de la ley

Una vez instalado, proyecta casarse, anticipó este año. Lula está enamorado de una socióloga, Rosangela da Silva. La mujer celebró la noticia de su excarcelación en redes sociales. «Mañana te voy a buscar! Espérame!», pidió ya el jueves por la noche en Twitter con el hashtag #NuestroAmorVencerá y #TeAmoParaSiempre.

Por seis votos contra cinco, los jueces del Supremo votaron el jueves (madrugada en España) la constitucionalidad de la ley que dispone que nadie puede ser arrestado sin sentencia de última instancia. La resolución vuelve a la jurisprudencia original. En 2016, en pleno auge de la investigación de corrupción conocida como 'Lava Jato', la mayoría se inclinaba por aceptar la prisión tras la condena en segunda instancia. Por eso Lula estaba preso desde el 7 de abril de 2018.

Los hijos del presidente

El exjuez Sergio Moro -actual ministro de Justicia de Bolsonaro- lo condenó por corrupción y blanqueo de dinero al atribuirle un tríplex en el balneario de Guarujá que Lula asegura que no le pertenece. La propiedad es de la constructora OAS y su dueño -detenido por contratos ilegales con la estatal Petrobras- declaró que el tríplex sería un obsequio para Lula. El testimonio permitió al empresario rebajar su condena. El tribunal de primera instancia y el segundo confirmaron la condena. Y resta el pronunciamiento de la máxima corte.

Este viernes por la mañana sus abogados lo visitaron en Curitiba y pidieron luego la «inmediata» liberación al juez que se encarga de la ejecución de la pena. Los defensores recordaron al magistrado que Lula no solo no tenía condena definitiva -y por lo tanto podía haber asistido al proceso en libertad- sino que tampoco tiene petición de prisión preventiva, que se aplica cuando el reo es peligroso o puede fugarse.

Bolsonaro no cuestionó la votación del Supremo pero sí reivindicó a su ministro Moro, el juez que encarceló a Lula y el artífice de 'Lava Jato'. «Si su misión (de Moro) no hubiese estado bien cumplida yo no estaría aquí», confesó. Moro expresó que él sigue creyendo en la prisión en segunda instancia y advirtió de que el Congreso podría votar una nueva ley en ese sentido.

Los hijos de Bolsonaro fueron menos diplomáticos. El diputado Eduardo Bolsonaro cuestionó que «liberen a delincuentes y desarmen al ciudadano». Y Carlos, el concejal, dijo: «Pobre este pueblo» que ve que «miles de presos serán liberados». La resolución del Supremo beneficiaría potencialmente a cerca de 5.000 reclusos.

En cambio en Argentina el peronismo celebró la noticia. Fernández, que visitó a Lula en prisión y defendió su libertad, festejó el fallo en redes sociales y el titular del Partido Justicialista (peronista), José Luis Gioja, manifestó el deseo de contar con el recién excarcelado en la asunción del presidente electo, lo que podría afectar a su ya tensa relación con el mandatario brasileño. Bolsonaro no sólo dijo que «los argentinos votaron mal» sino que anticipó que no viajará a la toma de posesión de Fernández. Su hijo Eduardo pidió una «moción de repudio» en la Cámara de Diputados para el mandatario argentino por su defensa de Lula, ahora el principal rival de su padre.

Cientos de personas festejan la salida de prisión de Luiz Inácio Lula da Silva. REUTERS

Lula acusa a los tribunales brasileños de «mentir» y «criminalizar a la izquierda»

Lula da Silva pronunció este viernes un combativo discurso en el cual denunció las orientaciones económicas liberales del Gobierno ultraderechista de Bolsonaro. «Aparte de seguir luchando para mejorar la vida del pueblo brasileño, de luchar para que esos tipos no sigan entregando el país, quiero mostrar el lado mentiroso» de las instituciones judiciales que «trabajan para criminalizar a la izquierda», dijo ante centenares de fervorosos partidarios.

Actualmente, «el pueblo está pasando más hambre, está sin empleo, el pueblo trabaja para Uber o entregando pizzas en bicicleta», afirmó a las puertas de la sede de la Policía Federal de Curitiba, al sur del país. Allí se encontraba recluído desde abril de 2018, cumpliendo una pena de ocho años y diez meses de cárcel por corrupción pasiva (asimilable al delito de cohecho impropio en España) y lavado de dinero (blanqueo de capitales).

A la salida esperaban a este veterano dirigente político de 74 años los principales dirigentes del Partido de los Trabajadores y también de varios movimientos sociales, así como los participantes del campamento que durante 580 días le deseó «buenos días» y «buenas noches» gritando hacia la ventana de la sala donde estaba recluido. En el mitin se mostró además por primera vez en público junto a su compañera sentimental, la socióloga Rosángela da Silva, con quien se abrazó, y reiteró que pretendía casarse con ella. Al referirse a sus planes, anunció que iría a Sao Paulo y que después se preparaba para «recorrer Brasil».

El exsindicalista se considera víctima de una manipulación judicial para impedirle presentarse a los comicios presidenciales de 2018, en los que resultó elegido Bolsonaro. En su discurso, Lula denunció también «el lado podrido de la justicia, el lado podrido del Ministerio Público, el lado podrido de la Policía Federal, el lado podrido del órgano de Hacienda, capaces de trabajar -según él- para tratar de criminalizar a la izquierda, de criminalizar al PT, de criminalizar a Lula».

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