A pie de calle: un derribo que termina

Esta veterana cafetería de Duquesa de la Victoria, 8, que nació como 'Hipocampo' en 1985, después de varias alternativas ha pasado a manos de Hortensia, una joven profesora rumana que ha dispuesto en 'La Nuit' platos de callos, tortillas con setas, pimientos rojos, patatas y choricillo rumano, además de otras especialidades de la cocina de su país.

Tal día como hoy, pero de hace 33 años, se cubría una penosa página para la historia de la gastronomía logroñesa, pues al medio día (era domingo) cerraba sus puertas el restaurante 'Casa Nobleza' (calle Mercaderes), un modesto enclave pero con una cocina excepcional donde se podían degustar productos caprichosos, en muchos casos prohibidos, que Antonio, el timonel del negocio, servía solo a los clientes de confianza.

Se ha remodelado la cafetería y restaurante del Teatro Moderno, donde se situó uno de los 'Patos Borrachos' creados en nuestra ciudad por el prolífico Alberto, que tuvo escasa vigencia. Se ha convertido en el restaurante y asador 'Martina' (Plaza Martínez Zaporta, 7) con terraza en el exterior, lindante con la de la competencia (Café Moderno) con profusa publicidad donde anuncia los popularizados cachopos, además del chuletón y un amplio repertorio de platos de cuchara y de tenedor.

Resultan encomiables los artísticos murales que se realizan de un tiempo a esta parte en los desnudos medianiles de los edificios , como el que se ha hecho en el aparcamiento de la calle Mayor, antes de llegar al recordado edificio del restaurante 'La Merced'. Se utiliza una perspectiva de la ciludad con las torres de la Redonda como motivo principal.

La entrañable Cocina Económica logroñesa, entidad de socorro por excelencia, se encuentra necesitada de ayuda para solucionar un problema relacionado con las cámaras frigoríficas. La Obra Social de la entidad bancaria 'la Caixa' ya se ha 'arremangado' y ha aportado 10.000 euros, pero falta el remate. Se puede -y se debe- colaborar con un donativo en cualquier oficina de 'la Caixa' o en la propia Cocina Económica en Rodríguez Paterna.

Ya que citamos a la entrañable instalación de caridad, donde se agolpan docenas y docenas de personas en las inmediaciones en espera de que se les permita la entrada a la hora de comer o cenar, unos sentados en los umbrales de los edificios próximos, otros en el duro asfalto y los más en pie, provocado incomodo a los conductores de vehículos que utilizan la calle, sería de agradecer que se dispusiera de unos cuantos bancos a lo largo, aunque fueran de segundas posaderas.