El estilo de Catalina de Cambridge, de Lady Di a Isabel II

El caso más cercano lo vivimos con Letizia Ortiz, que en la década larga que lleva incorporada a la Casa Real ha protagonizado una palpable evolución, observada con lupa, hasta lograr un estilismo cada vez más depurado. Un cambio que se espera continúe recién estrenado su papel como Reina, cuando ya no debería permitirse el lujo de dar pie a comentarios sobre la largura de su falda en un encuentro ante el Papa, el color vivo de sus uñas o la altura de sus plataformas. Tiene para ello un buen espejo en el que mirarse, el de la sobriedad de Doña Sofía, experta cum laude en mantener un estilismo fuera de crítica y tesorera de pequeños secretos que no debería menospreciar, como el famoso plomo que incorpora en los bajos de las faldas y que hubiera evitado el momento bochornoso en el que la reina Letizia -aún princesa- enseñara sus intimidades a toda una nación.

La que también está tomando nota a pasos acelerados es Catalina de Cambridge. Tras su matrimonio con el príncipe Guillermo, la princesa no dudó en imitar el admirado estilo de Lady Di, con estilismos prácticamente idénticos en multitud de ocasiones. Incluso el día que posó ante las cámaras tras dar a luz eligió un vestido de lunares muy parecido al que llevaba su suegra en la misma situación. Aunque alabada e imitada, a la duquesa de Cambridge aún le queda un largo camino por recorrer, más aún desde que dio a luz al príncipe Jorge, futuro heredero al trono. Eso parece haber pensado también la reina Isabel II, que ha encargado a su estilista personal depurar aún más el estilo de Catalina. La influencia se ha dejado notar enseguida y, desde el mes de abril, sus estilismos parecen prácticamente la versión juvenil de los de la reina madre, tanto en formas y texturas como en la paleta de colores. Además de la largura de las faldas, uno de los cambios más acertados ha sido el de apostar por tejidos más consistentes, única manera de evitar que el viento le juegue de nuevo una mala pasada a Catalina, quien, como Letizia, no pudo evitar que una cámara captara el momento en el que un vaporoso vestido dejaba su ropa interior a la vista. Un desliz que se suma además a las imágenes de la princesa en topless mientras tomaba el sol hace dos veranos en las costa francesa. Sea como fuere, parece que la Casa Real británica ha emprendido una ardua maniobra de recatamiento acorde con el nuevo rango de la duquesa de Cambridge, en un intento de apagar de una vez por todas el escándalo que supusieron aquellas imágenes y ofrecer una imagen digna de la realeza.