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EFE
Pensiones en campaña

Pensiones en campaña

Es fácil hacer demagogia y lanzar ideas que no se podrán llevara cabo nunca; o planteamientos absurdos que pasan por sensatos y viables

josé a. herce

Sábado, 13 de abril 2019, 01:20

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Qué pena que para una ocasión en que todo el país se apresta a escuchar noticias y novedades sobre las propuestas políticas que mejorarían la vida de los ciudadanos sea durante la campaña electoral! Atentos a esta frase, puede que la oigamos de nuevo: «Si usted aplica la reforma fiscal que ha prometido, ingresará 800.000 millones de pesetas menos. Eso significa 8.000 pesetas menos para cada pensionista».

La pronunció D. Felipe González en el segundo cara a cara con D. José María Aznar en la tormentosa campaña de 1993 y ganó unas elecciones que todos daban por perdidas para su formación. Desde luego, quien le aconsejó al Sr. González que dijese esto se ganó el sueldo con creces. Brillante desde el punto de vista de la comunicación política oportunista, ni verdad ni mentira al ser un futurible, y más eficaz y peligrosa que un fake.

Por lo que ya hemos visto, los primeros escarceos han sido goles en propia puerta, más que golazos como el del Sr. González. Desde «los recortes» del Sr. Lacalle hasta las pensiones de «los viudos» del Sr. Granado. Por lo que el partido, de momento, va empatado, si no fuese porque la desautorización del último se ha oído hasta en la Plaza de San Pedro de Roma.

En materia de pensiones es muy fácil hacer demagogia. Y, muy frecuentemente, se avanzan ideas atractivas que no se podrán llevar a cabo nunca, ni siquiera cargándose al-capitalismo-que-nos-explota. También se formulan ideas absurdas que pasan por sensatas y viables.

Por ejemplo, propugnar que se fomente la natalidad para que se puedan financiar las pensiones, como, me parece, han avanzado en numerosas ocasiones todos los representantes políticos de esta hornada. Miren, traer más niños (o inmigrantes, que es lo mismo) para que nos paguen las pensiones equivale a montar un esquema piramidal si se mantienen las actuales fórmulas de las pensiones, indiciación con el IPC incluida. Por la sencilla razón de que cada cohorte de niños que venga a pagarnos nuestras pensiones necesitará una cohorte aún mayor para que se las paguen a ellos. Y así hasta poblar el planeta con veinte mil millones de almas cuando solo cabe la mitad. Tendrán que pedirles permiso a las mujeres, en cualquier caso. ¿No sería mejor ligar la edad de jubilación a la esperanza de vida para restablecer los equilibrios de edades del sistema?

También se ha manejado la idea de que hay que hacer algo con las pensiones de supervivencia (viudedad y orfandad). Y lo más socorrido ha sido decir (los paréntesis son míos) que hay que sacarlas de (el horno caliente de) la Seguridad Social y meterlas en (el horno aún más caliente de) los Presupuestos Generales del Estado. Como se haga eso nos llamarán de Bruselas. ¿No sería mejor someterlas a la técnica del seguro mediante una cotización calculada actuarialmente y ofrecerlas incluso voluntariamente al diálogo social? Así, los solteros y solteras españoles dejarían de subvencionar las pensiones de supervivencia de los emparejados.

Nadie ha propuesto todavía en esta campaña, aunque la ministra Valerio lo dijo fugazmente hace tiempo, que los 'pobres' tengan compensación por el hecho de que viven menos que los 'ricos'. Esto, no solo me parece bien, sino que lo aplaudo efusivamente, como actuario frustrado que soy. Llevo años diciendo que la Seguridad Social en todo el mundo, desde hace más de un siglo, viene obligando a los pobres a subvencionar las pensiones de los ricos por esta triste razón. Lo mismo que los chicos subvencionan las pensiones de jubilación de las chicas porque viven menos años que ellas, lo cual es una forma (imperfecta) de compensar el gender gap que estas arrastran del mercado de trabajo.

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