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Clientes en una oficina bancaria. R. C.
La morosidad bancaria cae a niveles de 2009 tras superar la pandemia

La morosidad bancaria cae a niveles de 2009 tras superar la pandemia

Los créditos impagados de hogares y empresas siguen reduciéndose por la mejoría de la economía a la espera del fin de las medidas de protección

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Viernes, 21 de enero 2022, 17:09

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Si hay una realidad que no ha reaparecido como un quebradero de cabeza para los titulares de préstamos, las entidades financieras y el conjunto de la economía, por los efectos negativos que genera, esa es la morosidad bancaria. Sin apenas hacer ruido, la tasa de impagos de los créditos de los clientes ha seguido reduciéndose durante los dos últimos años de crisis del coronavirus. De hecho, hasta noviembre del año pasado, ese ratio se situaba en el 4,29% de todos los créditos en vigor.

Se trata del nivel más bajo registrado en el sector bancario desde hace ahora 13 años. Y el calendario ni es casual ni deja lugar a dudas. Hay que retrotraerse a los inicios de la anterior recesión económica, la que comenzó a finales de 2008 con la caída abrupta de Lehman Brothers, para que el supervisor cuantificara una cifra de créditos impagados (se incluyen en esta categoría los que se encuentran en esa situación durante tres meses o recibos) tan baja.

A falta de los datos definitivos de 2021, que incluirán los del mes de diciembre, la ratio de dudosos de noviembre del año pasado se colocó siete puntos básicos por debajo del 4,36% de octubre y hasta 28 puntos básicos por debajo del 4,57% de un año antes.

El peor momento que ha vivido la economía con la morosidad bancaria se alcanzó a finales del año 2013. Entonces, España intentaba salir de una crisis financiera y de deuda que le llevó a alcanzar cotas de desempleo cercanas al 27%, lo que impactó directamente en los compromisos que tenían los ciudadanos y las empresas ante sus entidades financieras.

Sin embargo, la del coronavirus ha resultado ser una época económicamente convulsa pero sin ese impacto en el sector bancario. La cobertura de los ERTE durante los peores meses de la pandemia unido a otras medidas como los avales del ICO para las empresas han evitado que la morosidad se haya disparado gracias a las garantías de rentas e ingresos con las que han contado los titulares.

Sin embargo, la otra explicación a esta realidad estadística también deriva de un continuo crecimiento del volumen de créditos en activo, lo que provoca que también disminuya la tasa de morosos.

En concreto, el crédito total del sector aumentó un 1% en el mes de noviembre, hasta situarse en 1,22 billones de euros. Este dato es aún un 0,25% inferior con respecto al de un ejercicio antes.

Por su parte, el saldo de créditos dudosos descendió un 0,73% en el penúltimo mes de 2021, hasta los 52.572 millones de euros. La caída fue del 6,37% si se compara con el total de impagados de noviembre de 2020.

Las cifras incluyen el cambio metodológico en la clasificación de los Establecimientos Financieros de Crédito (EFC), que desde enero de 2014 dejaron de ser considerados dentro de la categoría de entidades de crédito. Sin incluir el cambio legal, la morosidad se situaría en el 4,39%, puesto que el saldo de crédito fue de 1,196 billones de euros en noviembre, al excluirse el crédito de esas firmas, vinculadas al crédito al consumo.

Preparados para un repunte

Por otra parte, las provisiones de las entidades financieras se situaron en 38.276 millones de euros en noviembre, 550 millones por debajo del mes anterior, lo que supone un descenso del 1,4%, su tercera caída mensual consecutiva, y el menor nivel desde mayo de 2020. En comparación con un año antes, la disminución de provisiones fue de 489 millones, lo que representa una caída del 1,2%.

Una vez superados los peores momentos de la pandemia, el reto es afrontar una etapa de previsible crecimiento de los impagos, cuando vayan decayendo las medidas de protección habilitadas en esta crisis, como las moratorias o los avales públicos. En este sentido, la agencia de calificación Standard&Poor´s (S&P) estima que habrá un repunte de la morosidad a lo largo de este año con un «pico» que podrá alcanzar el 7%, frente al 4,2% actual.

En cualquier caso, este alza de la morosidad, que llegará en los próximos meses, será «manejable», según estima S&P, por parte de todas las entidades financieras, preparadas para este nuevo contexto, sin que tenga que suponer un serio problema como sí ocurrió hace una década.

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