«He entrenado mucho para jugar así. Dios no me ha regalado nada»

- ¿Cómo afronta la final del domingo?

- Tengo muchas ganas de que llegue, pero estoy tranquilo. Me queda aún mucho trabajo por hacer y varios entrenamientos.

- ¿Le inquieta el parón de dos semanas antes de la final?

- No me pone más nervioso. Es cierto que estoy acostumbrado a jugar cada semana y que esperar es raro. Cada día que pasa tengo más ganas de que llegue la final.

- Ezkurdia le ganó, en el mismo escenario, hace un año. ¿Es un recuerdo que le venga a menudo a la cabeza?

- En ningún momento tengo en mente lo del año pasado. Llevo cuatro finales consecutivas y siempre las afronto pensando en el futuro no en lo que ha pasado porque jamás va a cambiar nada. El año pasado, además, fue complicado. No sabía ni si iba a poder disputar el campeonato a causa de una lesión [sufrida en la final del Torneo de San Mateo]. Desde el principio de este torneo me he sentido mucho mejor que en el 2018.

- Se ha visto a un Ezkurdia que ha sufrido mucho en este torneo...

- Pero lo importante es hacer 22 y él está ganando partidos. Lleva un tiempo con una gran inercia ganadora y será un rival muy duro.

- ¿Encuentra debilidades en su adversario?

- Ni en su juego ni el de otros muchos pelotaris muy completos. Ezkurdia no regala nada así que me espera un partido muy duro en el que tendré que jugar a mi mejor nivel para superarle.

- ¿Le preocupa especialmente su volea?

- Es capaz de sacarte de sitio porque le imprime muchísima velocidad y pasa de defender a atacar. Sé que tengo que quitarle la volea. Sobre el papel es fácil, pero luego en el frontón va a ser muy complicado [ríe].

- Antes de una final, ¿trata de visualizar el partido, intuir qué va a pasar?

- Todas las finales son diferentes y nunca sabes lo que puede ocurrir en el frontón. Pero espero que sea igualada para que la gente disfrute y que yo acabe ganando.

- Repite en el Navarra Arena, como el año pasado, un frontón nuevo donde se ha jugado poco a pelota. ¿Qué le parece el recinto?

- Es un buen frontón. Me queda por hacer un entrenamiento para acoplarme, pero tengo claro que ninguno va a ganar o perder por el frontón.

- Si a Ezkurdia se le ha visto sufrir, a usted se le ha notado feliz, disfrutando y ganando bien los partidos...

- Está siendo un buen campeonato, aunque no sé lo que pasará en la final, que es lo importante. Me queda dar un pasito adelante para alcanzar la chapela.

- Supongo que estará un poco cansado de que el público dice que juega muy fácil, que sus genialidades parezcan cosas cotidianas, casi obligatorias...

- Una cosa es decir desde fuera y otra hacer en la cancha. Desde pequeño he sido técnico y es cierto que tengo instinto, pero si quieres llegar arriba hace falta sacrificarse mucho. Me ha costado muchas horas, mucho trabajo. Desde la grada parece que es fácil, pero he entrenado mucho para lograr jugar así. Dios no me ha regalado nada.

- Su eclosión fue muy rápida. Casi desde que debutó, a los 18 años, ha sido una estrella. Sin embargo, a Ezkurdia le ha costado más, muchos años. ¿Cómo se vive esa diferencia de trayectorias?

- Cada uno necesita su tiempo. Hay figuras a las que les ha costado más que a otras. Ezkurdia ha sido un pelotari muy físico que técnicamente se ha ido haciendo en el frontón hasta estar con los mejores. Y lleva ya tiempo demostrando que merece estar ahí porque juega una barbaridad.

- ¿Se ve favorito para la final del domingo?

- ¡Ni loco! No estoy convencido de que pueda ganar. Me espera un partido muy difícil, incluso jugando todo lo que sé y haciéndolo todo bien seguro que va a resultar complicado ganar.

- Aunque sólo lleva una chapela, los aficionados le designan el heredero de Aimar Olaizola en el Cuatro y Medio. ¿Cómo lo vive?

- No pienso ni un segundo en Aimar. Ha sido el mejor, sin comparaciones. Para mí va a ser muy difícil ganar la segunda chapela del Cuatro y Medio como para pensar en sumar siete.