«Era un niño que siempre tenía el balón en las manos»
El extremo derecho del Ciudad Logroño se topó con el balonmano a los seis años, animado por su hermano, Eduardo Cadarso
La infancia de David Cadarso ha estado marcada por el balonmano. A los seis años, animado por su hermano y también jugador del Ciudad de Logroño –Eduardo–, el joven encontró su razón de ser sin llegar a imaginarse que años después llegaría a la máxima categoría del balonmano en el equipo de su comunidad natal.
–¿Cómo llega el balonmano a su vida?
– Comencé a entrenar con seis años animado por mi hermano Eduardo. Él ya estaba entrenando en un equipo que había formado el padre de unos amigos. Fui a verles entrenar y decidí probar. Al año, me rompí el brazo y estuve tres años alejado del balonmano hasta que volví de la mano del Calasancio.
– ¿Qué es lo que le hizo decantarse por ese deporte?
– Era un niño que siempre tenía un balón en sus manos. Me lo llevaba a todos los sitios y aprovechaba cualquier oportunidad para jugar con él. Estamos muy acostumbrado a ver a los niños jugar a fútbol en la calle, pues yo hacía lo mismo con mi balón de balonmano.
–¿Cómo fue su evolución dentro del balonmano?
– Al principio todo empezó siendo un 'hobby'. Nos los pasábamos muy bien, ya que para nosotros, al ser tan pequeños, todo era una juego. Si bien uno de los momentos clave de mi carrera fue cuando me llamó la Selección Española a los catorce años. Ahí es cuando me empecé a dar cuenta de que era bueno y que podía crecer dentro de este deporte.
– ¿Cómo llegó al Ciudad de Logroño?
– Jota me llamó por primera vez a los quince años cuando aún estaba en el Calasancio para que fuera a entrenar con el primer equipo. Luego pasé a ejercitarme con ellos durante la pretemporada, aunque tuve que esperar unas temporadas hasta que llegué a debutar. Además yo tuve la gran suerte de tener a mi hermano en el Ciudad de Logroño que me ayudaba y me daba consejos para mejorar dentro del equipo.
– ¿Cómo recuerda su debut en la Liga Asobal?
– Estuve convocado con el Ciudad de Logroño en varios partidos pero el debut oficial no llegó hasta la temporada 18/19 en Pontevedra. Recuerdo que estaba muy nervioso porque al final es muy diferente la dinámica de los entrenamientos a la de las competiciones oficiales. Aún con todo fue un día muy especial y bonito para mí, ya que cumplí el sueño de aquel niño pequeño que iba todos los fines de semana a ver jugar a su equipo.